El líder del PSOE, Pedro Sánchez, durante la rueda de prensa posterior a la reunión de la Ejecutiva Federal del partido. | Efe

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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha asegurado este lunes que hará una oferta a Podemos y Ciudadanos para hacer posible un gobierno «progresista y reformista», al considerar que a los tres partidos «les une el cambio» para evitar que Mariano Rajoy siga al frente de la Moncloa.

Sánchez ha hecho este anuncio en la rueda de prensa que ha ofrecido en la sede de Ferraz al término de la reunión de la Comisión Ejecutiva Federal que ha analizado el escenario político y la situación en Catalunya tras la investidura del nuevo presidente.

«La voluntad del PSOE es tender puentes y tender la mano a izquierda y derecha. En consecuencia, quiero entenderme tanto con Podemos como con Ciudadanos. Ésa es la voluntad y mi decisión», ha proclamado el secretario general.

A su juicio, hay «muchísimos punto en común» en materia social, económica, de regeneración democrática y de la reforma constitucional que el PSOE comparte con Podemos y C's.

«A los tres nos une el cambio, un cambio progresista, un cambio reformista, un cambio que regenere nuestra vida democrática, que reconstruya el estado de bienestar dañado en estos últimos cuatro y un cambio que ponga fin a la fractura de convivencia en Catalunya», ha subrayado.

Sánchez no ha cerrado la puerta a la posibilidad de que Podemos o Ciudadanos pudieran entrar en un gobierno liderado por el PSOE.

«La estabilidad se puede garantizar de muchas maneras, dentro y fuera del Gobierno. Lo importante es compartir una hoja de ruta y estoy convencido de que tanto con Podemos con Ciudadanos podemos compartir buena parte de esa hoja de ruta, tanto en materia social como de regeneración democrática», ha reflexionado.

Sánchez ya manifestó el pasado día 7 en Lisboa su intención de liderar una «gran coalición» de fuerzas progresistas, al estilo de la alianza entablada en Portugal, si Rajoy no es reelegido.

En vista de que en Catalunya el bloque independentista ha cerrado filas y ha pactado una fórmula de gobierno, Sánchez ha dejado claro que su intención es hablar con todos los partidos, pero que no pedirá el respaldo a partidos como Convergencia o ERC.

«No se sabe si voy a necesitarlos o no. No voy a buscar esos apoyos. El independentismo se siente mucho mejor con un gobierno del PP y con Rajoy al frente de la Moncloa», ha opinado.

La suma de escaños del PSOE (90), Podemos (69) y Ciudadanos (40), junto a otros partidos como IU o CC, daría una holgada mayoría, aunque también podría ser suficiente que Sánchez fuera presidente con una abstención del partido que lidera Albert Rivera.

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Ha admitido que existen «elementos de discordia» entre el PSOE y C's, como el contrato único u otros planteamientos económicos de carácter «liberal», pero ha insistido en que sí hay coincidencias en otros aspectos, como la regeneración democrática o la necesidad de hacer más eficiente al Estado.

Sánchez se ha mostrado seguro de que «un gobierno progresista y reformista basado en pactos ofrecidos a izquierda y derecha y a partidos clásicos y nuevos» será «el que supere las crisis sociales, de desigualdad y de falta de oportunidad y de convivencia que se está viviendo en España».

El secretario general se ha reunido ya con Rivera y también ha hablado con el líder de Podemos, Pablo Iglesias, aunque en estas conversaciones -ha explicado- se ha hablado principalmente del reparto de cargos de la Mesa del Congreso.

«Vamos partido a partido. El camino se hace al andar. Esperamos lograr concitar acuerdos y consensos y a partir de ahí, hablaremos del siguiente paso, que es la constitución del Gobierno», ha comentado.

Ante el enconamiento del pulso soberanista en Catalunya, el líder del PSOE ha subrayado que «el cambio de gobierno es hoy más necesario que nunca» y que con Rajoy en el poder, «la situación de bloqueo se va a agravar en los próximos años».

«Los españoles no han votado eso, han votado cambio. Todas aquella formaciones que representamos ese cambio tenemos que entendernos», ha remarcado.

Según Sánchez, su partido «no va a poner ninguna línea roja, ni ningún cordón sanitario» a ninguna formación porque su deseo es llegar a pactos con todos los que comparten la necesidad de abordar «las grandes transformaciones que necesita España».

Sobre el hecho de que Podemos sigue defendiendo un referéndum de autodeterminación en Cataluña, Sánchez ha señalado que los límites del PSOE están claros en la declaración aprobada por el Comité Federal celebrado el pasado 28 de diciembre, en la que se exigía la renuncia previa a esta medida para empezar a dialogar.

El secretario general ha insistido en que su partido defiende el derecho a decidir, pero el de todos los catalanes y españoles a la hora de votar una reforma constitucional «y no la fractura» de España.

Tras garantizar una vez más que el PSOE no facilitará la investidura de Rajoy ni de ningún otro candidato del PP, Sánchez ha considerado fundamental abrir una etapa para «recomponer las fracturas» surgidas en los últimos cuatro años.

También ha recordado a Rajoy que debe asumir «en primera persona» su responsabilidad política por los casos de corrupción que afectan a su partido y contra los que «no ha luchado de manera contundente».