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El líder del PSOE y candidato a la Moncloa, Pedro Sánchez, ha logrado este sábado contener el malestar en su partido por el fichaje de la hasta ayer diputada de UPyD Irene Lozano, con ayuda de los principales barones, que han vuelto a darle un voto de confianza, y el silencio de la andaluza Susana Díaz.

A dos meses de las elecciones, ningún miembro del Comité Federal del PSOE ha querido criticar abiertamente la incorporación de Lozano como número cuatro de la lista al Congreso por Madrid, a excepción del madrileño Tomás Gómez, que ha asegurado que él no hubiese aceptado esa «ocurrencia».

Sin embargo, algunas ausencias -como la del presidente asturiano, Javier Fernández-, numerosos silencios -sobre todo el de la delegación andaluza al completo-, pocas peticiones de palabra -apenas una decena- y algo más de tensión de lo esperado en un cónclave llamado únicamente a ratificar candidaturas han evidenciado el descontento.

Sánchez, sin nombrarla, se ha referido a la incorporación de Lozano cuando ha defendido, en su intervención a puerta cerrada, que el PSOE «no es patrimonio exclusivo de los militantes, sino de la mayoría de los ciudadanos progresistas que quieren cambiar España».

También ha agradecido la «generosidad» de su partido en Madrid, que le ha permitido la incorporación en los primeros puestos de tres mujeres que no militan en él: la número dos, Meritxell Batet (PSC); la número cuatro, Irene Lozano, y la seis, la excomandante Zaida Cantero (independiente).

A su llegada al cónclave -que ha ratificado las listas del PSOE al Congreso y el Senado para las elecciones del 20 de diciembre-, barones como el extremeño Guillermo Fernández Vara y el castellanomanchego Emiliano García-Page han querido reconducir el descontento exculpando a Sánchez.

«Si confiamos en él para que sea presidente del Gobierno, hay que confiar también para que elija las listas dentro de una España que está cambiando», ha argumentado Page, convencido de que la exdiputada de UPyD «va a poder decir en pocos días la cantidad de gente honrada y trabajadora que hay en el PSOE».

Fernández Vara, que se ha ratificado en que lo primero que tendría que hacer Lozano era «pedir perdón» a los socialistas, ha recalcado que no tiene duda de que Sánchez la ha incorporado «pensando en lo mejor» para los resultados electorales.

Quien más entusiasmo ha puesto en la defensa del fichaje de Lozano ha sido la secretaria general del PSOE-M, Sara Hernández, para quien la suma de una diputada de tan «demostrada valía» es la «prueba evidente» de que hay «muchas» personas que desean sumarse al proyecto «ilusionante» de Sánchez, ha afirmado.

El presidente valenciano Ximo Puig ha asegurado que «cualquier apertura» de su partido es «positiva», y para la presidenta de Baleares, Francina Armengol, contar con Lozano puede «aportar un plus» y demuestra «la apuesta valiente» por incorporar a gente de fuera del partido.

También el secretario general de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, ha defendido que es un fichaje «positivo» y que su incorporación «lleva implícito la asunción de lo que el PSOE representa y va a representar en el futuro más próximo».

Especialmente escueta, la catalana Carmen Chacón ha admitido que Lozano es una «buena parlamentaria», pero ha apuntado que el paso que ha dado «habla por sí solo» y que «comprende» a quienes le exigen que pida perdón a los socialistas por las descalificaciones y ataques que les ha dirigido durante los últimos cuatro años.

Numerosos de estos ataques los han recibido los socialistas andaluces, sobre todo por el caso de los ERE, por lo que el enfado de la delegación del PSOE-A era palpable hoy en el Comité.

La andaluza Susana Díaz ha preferido, sin embargo, no pronunciarse, y los miembros de esta delegación han votado a favor de las listas.

Entre las ausentes hoy de un Comité Federal en el que no han participado casi un tercio de sus 350 miembros, se encontraba la secretaria de Empleo, Luz Rodríguez, a la que Lozano ha desplazado de la lista por Madrid a la cabecera por Guadalajara.

Con tres votos en contra (los de izquierda Socialista) y seis abstenciones, las listas refrendadas -salvo las del PSC, que se aprobarán el día 23- destacan por su alto grado de renovación, puesto que el 79 por ciento de los cabezas de cartel al Congreso son nuevos, algo más que en el Senado (72 por ciento).

Será la primera vez que haya más mujeres encabezando las candidaturas del Congreso, al haber 26 por 22 hombres, cuando en 2008 hubo 19 y 12.

Sánchez ha pedido a sus candidatos «trabajar duro, con ejemplaridad» y diálogo y, evocando a Manuel Azaña, «sin perder nunca la rebeldía ante la injusticia».

El secretario general ha asegurado que el PSOE cuenta con «experiencia y equipos renovados» que le permiten estar «más fuerte y unido» que cuando tomó las riendas de partido en julio de 2014.

«Estamos aquí en pie, en marcha para cambiar España una vez más. Lo hicimos dos veces y lo vamos a volver a hacer una tercera», ha vaticinado el líder socialista al observar que Mariano Rajoy está «agotado y sin proyecto para España» y con un PP «dividido e incapaz de regenerarse».