El nigeriano gay, Henri O., posa junto a su pareja. | Jero Morales

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El ciudadano nigeriano Henry O., residente en la localidad cacereña de Alcántara, ha reclamado este viernes al Consulado Español en Nigeria que apostille un certificado de penales para conseguir el arraigo en España y regularizar su situación en este país, ya que en caso de ser deportado corre el riesgo de que se le aplique la pena de muerte por su condición homosexual.

La reclamación de Henry O. ha sido realizada este viernes en Mérida, en una rueda de prensa en la que ha estado acompañado por su pareja, Carlos Mateos, y por el presidente y la vicepresidenta de la fundación, José María Núñez y Silvia Tostado.

Una comparecencia que se produce un día después de que se paralizase, tras la intervención de la Delegación del Gobierno en Extremadura, la orden de expulsión de Henry O, que reside en España desde 2007, y que ahora dispone de una prórroga de seis meses de estancia, un tiempo en el que debe conseguir el documento de arraigo apostillado por el Consulado Español en Lagos, Nigeria.

Henry O. recibió una orden de expulsión en 2009, que no pudo recurrir debido a su desconocimiento del idioma ni la ordenanza que tenía que presentar, motivo por el cual se encuentra en situación irregular en España.

Tiene todos los requisitos

La vicepresidenta de la Fundación Triángulo de Extremadura, Silvia Tostado, ha indicado que la organización tuvo conocimiento de la situación de Henry O. hace un par de meses, y que desde «el primer momento» trabajaron para ofrecer soluciones a la deportación por la vía legal.

Así, con los documentos legales, se abrieron los procedimientos para poner en regla sus documentos de arraigo, pero no se han podido conseguir todos los documentos necesarios.

El afectado tiene «todos los requisitos que exige la ley» para poder quedarse en España legalmente.

Asimismo, Silvia Tostado ha señalado que la detención de Henry O. el pasado miércoles, día 15, pilló «por sorpresa» a la fundación, ya que no esperaba que el procedimiento «fuese inmediato», porque hay «un proceso judicial abierto de regularización por arraigo o para contraer matrimonio» por parte de Henry O..

La vida gay en Nigeria «no es un camino de rosas»

Por su parte, el propio Henry ha explicado que la vida de un gay en Nigeria «no es un camino de rosas», ya que hay «un montón de gente que es gay y no puede vivir la vida que tiene» por lo que pide «respeto», ya que «da igual ser diferentes». Además, Henry O. ha manifestado que tenía amigos en Nigeria «que han muerto por ser gays», ya que si alguien sabe que eres homosexual, «te sacan de tu casa» a la calle para que te vea «todo el mundo».

El ciudadano nigeriano ha indicado que a algunos amigos gays les «han tirado una rueda de coche ardiendo», han pasado «14 años en la cárcel», o su propia familia desconocía que eran gays, por miedo a represalias. Así, Henry O. ha explicado que estos amigos «vivían toda su vida escondiéndose de su familia», y otros «han fallecido con su secreto», por lo que ha añadido que «no es felicidad para nadie».

Además, el ciudadano nigeriano ha explicado que durante su estancia en el calabozo sintió «miedo» de que alguien se lo llevase por la noche, y que ahora «teme por la vida de su familia».

Henry y su pareja llevan tres años juntos viviendo en la localidad cacereña, que es donde tiene «otra familia», ya que «todo el mundo» le llama por su nombre y le ha tratado y arropado «mucho» y «muy bien». Henry incluso colabora con la Oficina de Turismo de la localidad cacereña cuando hay alguna visita de turistas ingleses para hacer de traductor.