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El Gobierno de Canarias ha exigido este jueves al ejecutivo central que, con carácter urgente, fije un precio máximo para los billetes aéreos entre la península, este archipiélago y el de Balears, pues el coste promedio ha aumentado en un 15 % desde 2011 hasta llegar a cifras desorbitadas.

El portavoz del ejecutivo canario, Martín Marrero, dijo este en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Gobierno que el Estado tiene competencias suficientes para articular esta demanda y que, en el caso de Canarias, se basan en la condición de las islas de región ultraperiférica de la Unión Europea.

Martín Marrero dijo que en pocos años los precios del transporte aéreo entre Canarias y la Península han alcanzado un coste prohibitivo y para ello el consejero de Transportes, Domingo Berriel, presentó al Consejo de Gobierno un informe del Instituto Canario de Estadística en el que se exponen estos datos.

En concreto, y según este informe, el precio medio del trayecto aéreo entre Canarias y la Península se situó en 2014 en 242 euros, un 15 por ciento más que tres años antes.

El portavoz detalló que la ministra de Fomento, Ana Pastor, se ha reunido en dos ocasiones con compañías aéreas para tratar este asunto pero éstas «no han hecho caso», y consideró por ello que se han agotado todos los cauces posibles para intentar negociar esta demanda y que se ponga fin «a los precios abusivos».

«Incluso el Ministerio de Fomento afirma que los precios han bajado, algo que produce sonrojo a quienes los padecemos», reprochó Marrero, quien insistió en que el Ejecutivo central tiene capacidad normativa para fijar «un techo» en el precio del transporte aéreo.

Los precios son auténticamente desorbitados, sobre todo en épocas de mayor demanda de vuelos entre las islas y la Península, y esto afecta a la cohesión social porque produce desigualdad con el resto de ciudadanos, advirtió Marrero.

Si no se remedia esta situación, añadió el portavoz del Ejecutivo autonómico, a corto y medio plazo Canarias estará más lejos del continente y esto «no será una metáfora».