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El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, ha reclamado este viernes al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, «no utilizar la palabra recuperación en vano» al considerar «indecente e injusto» que dé por superada la crisis económica a tenor de los actuales niveles de paro y desigualdad.

«La crisis no es historia y para el PSOE, no lo va a ser hasta que recuperemos los niveles previos a la crisis», ha afirmado Sánchez en la rueda de prensa ofrecida en la sede socialista de Ferraz con la que ha hecho balance del año.

Aunque ha admitido que la salida de la crisis para España y la UE es «hoy mucho más certera» gracias a la bajada del precio del crudo y de la devaluación del euro, Sánchez ha acusado a Rajoy de estar «entorpeciendo» la recuperación por su política «bloqueo» y de recortes.

«Es indecente e injusto un Gobierno que decreta el fin de la crisis siga recortando en sanidad y educación públicas, en prestaciones sociales a los desempleados y suba solo tres euros el salario mínimo», ha denunciado Sánchez, quien ha anunciado una iniciativa para subir el 5 por ciento el sueldo mínimo en 2015.

El secretario general del PSOE ha acusado a Rajoy de «utilizar la crisis para consolidar un modelo social de desigualdad».

En lo que se lleva de legislatura, y en especial el año que ahora acaba, Sánchez ha responsabilizado al Gobierno de propinar «tres golpes» a la clase media con su reforma laboral, con la fiscal y con la del sistema público de pensiones.

En materia social, ha tachado a Rajoy de ser «el presidente más retrógrado de la democracia» y de «legislar para la derecha más extrema» por su política educativa, por su visión del aborto, por la ley de seguridad ciudadana y por «insultar» a los profesionales sanitarios, como el caso de la afectada por el virus del Ébola Teresa Romero.

También ha arremetido contra Rajoy por su actitud ante la corrupción, al ser «incapaz de asumir ningún tipo de responsabilidad en primera persona» por los casos que afectan a su partido, como el de la trama Gürtel, y exigir más a los ciudadanos «en forma de impuestos y recortes de derechos y libertades».

«Rajoy ha hecho que España no sea hoy un país ni para jóvenes, ni para mujeres, ni para mayores de 45 años», ha resumido Sánchez la política laboral del Ejecutivo antes de reiterar que derogará la actual legislación cuando llegue al poder.

Con la reforma fiscal, le ha reprochado que solo se preocupe de los grandes patrimonios, y en cuanto a las pensiones, ha criticado al Gobierno por querer acabar con el sistema público para fomentar los planes privados.

Ante las elecciones previstas en 2015, Sánchez ha ofrecido «cambiar la indignación por la confianza» y «desterrar» palabras como paro, pobreza, corrupción o decadencia de las instituciones.

Según el secretario general, «la tarea no es menor», pero el PSOE, «como partido del cambio», está dispuesto a «modernizar de nuevo» España como ya hizo en 1982.

Sánchez ha presagiado que su partido obtendrá «unos muy buenos resultados» en las elecciones locales y autonómicas que permitirán «conformar gobiernos de izquierdas, socialistas», en muchos municipios y regiones, aunque sin concretar si para estas alianzas contará con Podemos.

No ha querido aventurar qué pasará si el PSOE naufraga en estos comicios y si ello le replantearía aspirar a candidato a presidente del Gobierno en las primarias socialistas.

«Cambiar el PSOE también pasa por dejar de hablar de nosotros mismos y hablar de las cosas que importan y ocupan a muchísimos ciudadanos y militantes socialistas. Es una regla que me quiero yo imponer. Dejaré de hablar de las cuestiones internas del partido», ha comprometido.

Sánchez ha vuelto a defender la reforma de la Carta Magna como «mejor manera de defender la unidad de España», garantizar estabilidad y resolver problemas como el de Cataluña.

Ha apelado a «recuperar el patriotismo constitucional» que encarnó el expresidente del Gobierno Adolfo Suárez a través del «consenso», la «concordia» y los «intereses comunes», como hace 36 años.

«¿Qué fue de esos valores constitucionales? Hoy no hay patriotismo constitucional, solamente nos acordamos de la Constitución para arrojársela al de enfrente», ha lamentado el líder socialista, para quien «reivindicar la Constitución es practicar los valores que la hicieron posible».