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El dispositivo de búsqueda de los 23 inmigrantes que cayeron al mar esta semana desde la patera en la que viajaban, frente a la costa de Almería, ha finalizado con la caída de la tarde de este domingo mientras que los supervivientes, en especial las madres que han perdido a sus hijos, asumen su trágica situación.

El coordinador de Cruz Roja en Almería, Francisco Vicente, ha asegurado que, tras su ingreso en un centro de acogida, «hay que dejar solas a las madres de los niños desaparecidos para que asuman la situación» y acepten la previsible pérdida de sus bebés en el mar.

Vicente ha explicado que tres mujeres ya han ingresado en centros de acogida, en los que «están bien atendidas», y que las que permanecen ingresadas en el hospital de Torrecárdenas de Almería pasarán a las instalaciones de acogida en unos días, cuando reciban el alta médica.

El responsable de Cruz Roja, quien ha atendido en calidad de psicólogo a varias de estas mujeres, ha informado de que les han dejado un teléfono móvil para que se comuniquen con sus familiares y «puedan desahogarse».

«Ahora tienen que recuperarse y afrontar lo que ha ocurrido, poco más se puede hacer; la mayoría estaba muy mal, llorando mucho, gritando, agarradas a las prendas de sus niños y clamando que le diesen a sus hijos», ha apostillado.

El bebé que fue evacuado en helicóptero al hospital de Torrecárdenas ha abandonado este domingo la UCI pediátrica y ha pasado a planta.

Búsqueda

La búsqueda de los desaparecidos, que cayeron al mar según aseguraron los 29 compañeros cuando fueron rescatados, a 23 millas al suroeste de Cabo de Gata (Almería), la han continuado este domingo efectivos y barcos de Salvamento Marítimo, la Guardia Civil y la Armada.

Los trabajos se han centrado en localizar cadáveres «semihundidos» porque es «casi imposible que después de tanto tiempo hayan podido sobrevivir; localizar cadáveres es complicado, pero es casi la única opción que se tiene», ha declarado el patrón de la embarcación Salvamar 'Denébola'.

Las expectativas no son favorables porque los desaparecidos «se suelen ir al fondo porque, a no ser que lleven un elemento que los mantenga en superficie, al ser personas que pasan mucho frío se abrigan en exceso y cuando la ropa se moja es difícil no hundirse con tanto peso», según el patrón de la Salvamar 'Denébola'.

Ha destacado que «si ya es complicado encontrar a una persona viva con la cabeza fuera del agua a flote, es casi imposible con una que ni siquiera mantiene la cabeza fuera», y ha considerado «casi imposible que después de tanto tiempo hayan podido sobrevivir».

Fuentes de Salvamento Marítimo han apuntado que, una vez concluida la jornada de búsqueda, «se estudiará lo que se ha hecho, las zonas en las que se ha buscado y se meditará, pero en algún momento hay que dejar de buscar».