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El Gobierno considera «inútil» el «ejercicio antidemocrático» que se está desarrollando este domingo en Cataluña y estima que el comportamiento del presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante la jornada «dificulta mucho el futuro».

Según han subrayado a Efe fuentes del Ejecutivo, el proceso que se está viviendo en Cataluña no tiene efectos jurídicos y no va a suponer ninguna ventaja política para el presidente de la Generalitat.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, está siguiendo desde su despacho el 9N y está siendo constantemente informado del desarrollo del mismo.

Así, ha conocido las declaraciones del presidente de la Generalitat en las que, tras depositar su voto en el proceso que se celebra este domingo en Cataluña, ha asumido totalmente la responsabilidad de abrir los colegios en los que se han colocado las urnas de votación y le ha pedido que se abra a negociar un referéndum «acordado».

Las fuentes del Gobierno han reiterado que lo que está ocurriendo este domingo en Cataluña no es una consulta.

En ello insistió ayer Rajoy en un acto del PP en Cáceres en el que señaló que «se le podrá llamar como se quiera, pero ni es un referéndum, ni es una consulta, ni es nada que se le parezca» y «no produce efecto alguno».

Además, garantizó que mientras él sea presidente del Gobierno la soberanía nacional estará a salvo e instó a Artur Mas a «recuperar la cordura» a partir de este lunes.

Sin embargo, la actitud que está teniendo durante la jornada de este domingo el presidente de la Generalitat llevan al Gobierno a lamentar que, en vez de ir hacia esa vía, esté dificultando mucho el futuro que se abre tras esta jornada.

Mas, además de reiterar que se hace responsable del 9N, ha asegurado este domingo que no entiende que Rajoy diga que no se está celebrando ni un referéndum ni una consulta y, al mismo tiempo, actúe la Fiscalía.

La Fiscalía Superior de Cataluña pidió ayer a la Generalitat que diga si ha ordenado ceder escuelas para el 9N y a los Mossos d'Esquadra que identificaran a los responsables de la apertura de locales públicos que se usan este domingo como puntos de votación.

El Gobierno lamenta la actitud que está teniendo Mas después de que el pasado viernes, por boca de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, le conminara a no poner a los ciudadanos en la tesitura de tener que incumplir las leyes.

Por ello, le pidió prudencia y que no propiciara que ningún funcionario ni ningún responsable político tuviera que tomar decisiones que le generaran «la más mínima intranquilidad».

La advertencia del Gobierno de que el comportamiento que está teniendo hoy Mas dificulta el futuro puede condicionar la respuesta que en su momento dé a la carta que el presidente de la Generalitat anunció días atrás que enviaría a Rajoy una vez celebrado el 9N.

Mas no ha querido hoy dar nuevos detalles del contenido de esa carta que le remitirá en los próximos días, pero el pasado miércoles avanzó que en ella haría un balance del 9N, se abriría a hablar con el presidente del Gobierno sobre los veintitrés puntos que le trasladó en su última reunión en julio y le plantearía que se puede hacer un referéndum soberanista «definitivo» y «acordado» con el Estado al «estilo británico».

Rajoy ha mostrado en numerosas intervenciones públicas su disposición al diálogo con Artur Mas, pero siempre desde la premisa del respeto a la ley y la Constitución.