El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante su intervención este sábado en la clausura de la escuela de verano del PP en El Escorial (Madrid). | Efe

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El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha lanzado este sábado al presidente de la Generalitat, Artur Mas, el mensaje de que en la entrevista que mantendrán, y para la que aún no hay fecha, él no va a hacer aquello que no puede ni debe hacer.

«Vamos a hablar, pero yo no voy a hacer aquello que ni puedo ni debo hacer», ha recalcado en su intervención de clausura de la escuela de verano del PP y en la que hecho un alegato sobre el orgullo de ser español frente a los «extremistas, pesimistas y agoreros» que siempre hablan mal del país.

Un día después de su conversación telefónica con Mas para citarse próximamente en Moncloa, el jefe del Gobierno ha comentado a los periodistas que aún no se ha concretado cuándo se verán y que el contexto es difícil.

Ya en su intervención pública, ha recalcado que mantiene su posición ya conocida de rechazo a la consulta soberanista en Cataluña y ha admitido que se trata de «un problema» que «hay que afrontar».

«Pero las cosas se piensan bien antes de hacerse» ha subrayado Rajoy, quien ha advertido a Mas de que «no se puede exigir al presidente del Gobierno que autorice un referéndum en contra de la decisión del Parlamento nacional, en contra de las decisiones del Tribunal Constitucional, en contra de la ley, en contra de sus propias convicciones y en contra de lo que piensa el conjunto de los españoles».

Eso sí, ha considerado que «es bueno hablar» como también lo es «fijar con claridad la posición de cada uno».

Rajoy ha aprovechado su intervención para apelar a que haya más ciudadanos que muestren su orgullo de ser españoles porque ha considerado que hay razones para ello.

«Aquí no sobra nadie. Pero, desde luego -ha precisado-, sería muy bueno que hubiera menos extremistas, menos pesimistas y menos agoreros y que hubiera mucha más gente, que es la inmensa mayoría de los españoles, orgullosos de su país, con ganas de dar la batalla, con ganas de mejorar y de crecer"

Una reflexión tras la que ha rechazado «el empeño de algunos en poner el foco constantemente en las cosas que van mal» y en no ver nada bueno en España porque, ha asegurado, eso es falso.

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Uno de los ejes de la escuela de verano del PP ha sido el estudio de nuevas propuestas de regeneración democrática planteadas por el partido.

Rajoy ha aludido a ellas para instar a la oposición a dialogar en septiembre sobre esas propuestas y a que, a su vez, plantee las medidas que considere oportunas.

«Son nuestras propuestas. Que digan que sí o que no, y, si quieren traer propuestas, las estudiaremos, y, si no, que no digan nada, pero nosotros tenemos propuestas», ha señalado.

Rajoy ha insistido en que el Gobierno pretende que los ciudadanos sientan más cercanos a sus representantes políticos y, por ello, ha planteado que sea alcalde el cabeza de lista más votado y ha recordado que no hace muchos años era una cuestión recogida en el programa electoral del PSOE.

Gran parte de su intervención la ha dedicado a repasar la evolución de la situación económica española y el fruto que están dando las reformas.

Para Rajoy, el anterior Ejecutivo dejó «un futuro plagado de incertidumbres» y, con todas las reformas que se han puesto en marcha, se está construyendo «un mañana lleno de seguridad».

Además, ha insistido en su reivindicación de que, frente a lo que pretenden hacer creer partidos como el PSOE, el Gobierno ha garantizado el Estado del Bienestar.

«El Estado del bienestar español está funcionando mejor que nunca», ha garantizado.

Rajoy ha adelantado parte de la acción del Gobierno para el próximo curso político y ha explicado que, a partir de septiembre, habrá tres paquetes de medidas que se centrarán en el empleo, la reforma de las administraciones públicas y los servicios sociales.

Y una vez más ha puesto en valor sus políticas económicas, en las que el Ejecutivo, ha advertido, seguirá insistiendo y mantendrá la línea marcada «porque ha funcionado», si bien ha admitido que «quedan todavía muchísimas cosas por hacer».