Emisión en directo de la ceremonia de la promulgación y sanción de la Ley Orgánica de Abdicación de S.M. el Rey Don Juan Carlos I. | casarealtv (Youtube)

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El Rey ha sellado hoy la firma de su propia abdicación en el Palacio Real con un efusivo abrazo al Príncipe de Asturias, a quien ha cedido a continuación su sitio como gesto simbólico del traspaso de la Corona a su hijo, que se convertirá esta medianoche en Felipe VI.

Tras la firma, y después de estrechar la mano de Rajoy, el Rey se ha dirigido al centro del salón, bajo la imponente estatua de «Carlos V dominando el Furor», donde estaban, también de pie, su sucesor Felipe, igual que él con la insignia del Toisón de Oro en la solapa, con la Reina Sofía a la izquierda y doña Letizia al otro lado.

Ha llegado el esperado gesto que había anunciado Zarzuela para ese emblemático momento, y el Rey ha abrazado y besado a su hijo, entre los aplausos de los invitados, para cederle seguidamente el puesto, junto a la Reina, con el rostro encendido por la emoción.

La ovación se ha prolongado varios minutos, dirigida unánimemente a don Juan Carlos, al que han aplaudido la Reina, don Felipe, doña Letizia, y las infantas Leonor -próxima Princesa de Asturias- y Sofía, sentadas junto a su tía, la infanta Elena, hermana mayor del Príncipe, en ausencia de la infanta Cristina.

El «patrón», como ha llamado don Felipe a su padre en más de una ocasión, cedía así su puesto al hijo, ante las máximas autoridades del Estado, el Gobierno, casi todos los presidentes autonómicos, los expresidentes del Gobierno, diputados y senadores, y su nieta Leonor, que garantiza la sucesión en la Corona de España.

Los aplausos se han mantenido, y el Rey ha hecho gestos de agradecimiento, y también para pedir que acabaran, hasta que ha llamado a sus nietas, que han corrido a darle un beso.

Al agacharse para atenderlas, ha parecido que su abuelo perdía el equilibrio, sin mayores consecuencias; las niñas le han podido besar y después hacer lo propio con su abuela.

Mientras tanto, los más de 150 asistentes al acto, entre los que se encuentra el Gobierno en pleno y representantes de todas las instituciones del Estado, han brindado un prolongado aplauso a don Juan Carlos, que ha agradecido con gestos contenidos y visiblemente emocionado.

El subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Jaime Pérez Renovales, ha dado lectura a la ley antes de ser sancionada por el Rey y refrendada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

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Además de doña Sofía, don Felipe y doña Letizia, ha asistido a este acto doña Elena, hermana mayor del nuevo Rey -acompañada por su hijo Felipe Juan Froilán-; las infantas Pilar y Margarita, hermanas de don Juan Carlos; así como los hermanos de doña Sofía, Constantino e Irene de Grecia.

El presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, -representado en el Palacio Real por la vicepresidenta Joana Ortega- y el lehendakari, Íñigo Urkullu, han sido los únicos presidentes autonómicos ausentes de esta ceremonia, en la que el subsecretario del Ministerio de la Presidencia, Jaime Pérez Renovales, ha dado lectura a la ley antes de ser sancionada por el Rey y refrendada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.

Los familiares de los Reyes ocupaban un lugar reservado para ellos a su izquierda, mientras que, a su derecha, los asientos más destacados estaban ocupados por Rajoy -acompañado de su esposa, Elvira Fernández- y los presidentes del Congreso, Jesús Posada; del Senado, Pío García Escudero; del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes, y del Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos.

IU-ICV, ERC, PNV y BNG han sido las únicas fuerzas parlamentarias ausentes en esta breve pero histórica ceremonia, a la que han acudido los miembros de las Mesas del Congreso y el Senado, los expresidentes del Gobierno Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero y los ponentes de la Constitución Miquel Roca, José Pedro Pérez Llorca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón.

Junto a ellos, los presidentes del Consejo de Estado, el Tribunal de Cuentas, el Fiscal General del Estado, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa y los altos mandos de los tres Ejércitos, los directores generales de la Policía Nacional y la Guardia Civil, el presidente del Gobierno regional madrileño, la delegada del Gobierno en la Comunidad y la alcaldesa de la capital.

En el ámbito económico, estaban presentes los presidentes de la CEOE y del Consejo Superior de Cámaras, el líder de UGT, el secretario de Organización de CCOO y el presidente del Consejo Económico y Social.

El relevo en la Corona ha contado, asimismo como invitados, con cuatro condecorados con el Collar del Toisón de Oro, la orden dinástica de más prestigio del mundo, de la que el Rey es jefe y soberano: Javier Solana, Víctor García de la Concha, Simeón de Bulgaria y el exsecretario general iberoamericano, Enrique Iglesias.

Su sucesora al frente de la Secretaría General Iberoamericana, Rebeca Grynspan, estaba también presente en esta ceremonia, al igual que el nuncio del Vaticano, en calidad de decano del cuerpo diplomático, y los exjefes de la Casa del Rey Alberto Aza y Fernando Almansa, así como la viuda de Sabino Fernández Campo.

Los expresidentes del Congreso Landelino Lavilla y Fernando Álvarez de Miranda, el periodista Luis María Anson y los máximos representantes del Consejo Permanente y la Diputación de la Grandeza, las Reales Maestranzas y las Órdenes Militares completaban la lista de invitados, que han recibido con una larga ovación a los Reyes y los Príncipes a su llegada al Salón de Columnas.

Tras la firma de la ley, todos ellos han compartido un vino español con la Familia Real, que ha abandonado la recepción hora y media después del inicio de la ceremonia, mientras en el Palacio de Oriente se preparaban para arriar el estandarte con el escudo de armas del Rey Juan Carlos I, último símbolo del fin de su reinado.