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CC.OO., UGT y USO han rechazado «frontalmente» lo que consideran una privatización parcial de AENA «temararia», dadas sus buenas cifras de negocio y la posibilidad de que además genere «incertidumbres» de cara a la próxima campaña turística de verano.

En un comunicado conjunto, las centrales aseguran que no hay ningún argumento objetivo que justifique la decisión de poner el 49% del gestor público ente en manos privadas, cuando ha generado más de 700 millones de euros de beneficios en 2013 y arroja una expectativas «mucho mejores» para 2014.

Los sindicatos ven «improvisación» en esta decisión del Consejo de Ministros, a la vista de que, a su juicio, el Gobierno «ha ido dando bandazos y al fin han primado las posiciones de quienes defienden los intereses privados frente al interés general de la ciudadanía».

«La privatización será un duro golpe para la economía española y, especialmente, para un sector como el turístico, motor de la recuperación económica», añaden, para concretar que este movimiento «va a suponer un incremento de las tasas aeroportuarias, una reducción de la calidad y seguridad de las operaciones aéreas, ya muy mermadas, y la eliminación de rutas no rentables para los intereses de los inversores, aunque sí para los usuarios y para el desarrollo de los entornos aeroportuarios».

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Los sindicatos preparan una respuesta

En cuanto a la forma en la que el Gobierno a dado luz verde a la privatización parcial de AENA, los sindicatos denuncian que no se les ha consultado en ningún momento, por lo que han exigido al Ministerio de Fomento que dé las explicaciones oportunas sobre cómo afectará esta decisión a los empleados.

Igualmente, acusan al Gobierno de acelerar el proceso «en un momento en que han perdido la legitimidad de la ciudadanía y así satisfacer los intereses de los especuladores que llevan tiempo exigiendo el reparto del pastel aeroportuario para mejorar sus cuentas de resultados».

Por todo ello, CC.OO., UGT y USO avisan de que se reunirán urgentemente para acordar «una respuesta unitaria y proporcional a la agresión que supone el enésimo anuncio de la privatización».