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Tres miembros de la denominada Comisión Internacional de Verificación (CIV), que este viernes anunció que ETA deja fuera de uso parte de su armamento, declaran este domingo como testigos ante el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno para informar del paradero de los etarras con los que se reunieron.

Ram Manikkalingam (Sri Lanka), Ronnie Kasrils (Sudáfrica) y Chris Maccabe (Reino Unido) partieron ayer desde el aeropuerto de Bilbao con destino a Madrid para acudir hoy a la Audiencia Nacional, donde están citados a las 10.00 horas.

El magistrado, que se encuentra de guardia esta semana, ha ordenado a la Ertzaintza, la Policía Nacional y la Guardia Civil que localicen a los «verificadores» para comunicarles que serán interrogados por el tribunal.

La decisión se ha adoptado después de que la Fiscalía de la Audiencia Nacional apoyase ayer la comparecencia como testigos de los miembros de la CIV, a petición del Colectivo de Víctimas del Terrorismo del País Vasco (Covite).

La Fiscalía veía justificada la solicitud para que los «verificadores» informen sobre la identidad de los etarras con los que se reunieron y el lugar del encuentro, así como los datos que tengan para localizarlos.

Los miembros de la CIV, que está integrada por Ram Manikkalingam (Sri Lanka), Ronnie Kasrils (Sudáfrica), Chris Maccabe (Reino Unido), Satish Nambiar (India), Fleur Ravensbergen (Holanda) y Aracelly Santana (Ecuador), tenían previsto abandonar hoy España desde el aeropuerto de Bilbao, en la localidad de Loiu.

La solicitud de Covite se registró después de que ETA divulgara un vídeo a través de la web de BBC Mundo en el que se ve a dos de sus miembros encapuchados cómo presentan armas y munición a Manikkalingam y a otro verificador, Ronnie Kasrils, antes de ponerlas fuera de uso.

El vídeo fue grabado el pasado mes de enero en un lugar no identificado, como se destacaba al comienzo de la grabación.

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Las imágenes fueron emitidas minutos después de que la CIV anunciase en Bilbao que ETA había dejado «fuera de uso operativo» una parte de su armamento.

Las críticas al anuncio de ETA han continuado este sábado desde el PNV, que lo ha considerado un paso «corto y timorato"; el PP, que lo ha definido como «una farsa», y el PSOE, que lo ha tachado «ridículo e insignificante».

El presidente del PNV, Andoni Ortuzar, en sintonía con lo manifestado ayer por el lehendakari, Iñigo Urkullu, ha calificado de «corto y timorato» el paso dado por ETA, lo que, en su opinión, se explica por las «tensiones» que vive el entorno terrorista y para que «no se interprete dentro de su mundo como una rendición».

En la misma línea, el portavoz del PNV en el Parlamento Vasco, Joseba Egibar, ha estimado que el gesto de ETA tiene un valor «cualitativo más que cuantitativo» y ha agregado que, aunque llega «con retraso, confirma una decisión y debe ser correspondido con más gestos por parte de la organización terrorista».

Más crítico se ha mostrado el vicesecretario de Organización y Electoral del PP, Carlos Floriano, al afirmar que el fin de ETA «no se puede ocultar detrás de tanta farsa y de tanta mentira».

Floriano ha advertido de que «la democracia española no está para farsas» antes de reiterar que lo único que espera el Gobierno de la banda terrorista es un comunicado en el que diga que se disuelven, dónde están las armas, pidan perdón y que colaboran con la justicia para esclarecer los asuntos aún pendientes.

Desde el PSOE, el diputado Ramón Jáuregui ha tildado de «ridículo e insignificante» el amago de desarme de la banda terrorista ETA ante los verificadores, mientras que el secretario general del Grupo Socialista en el Congreso, Eduardo Madina, ha visto en el anuncio «una pequeña buena noticia», aunque «insuficiente».

La vicesecretaria general del PSOE y cabeza de lista a las próximas elecciones europeas, Elena Valenciano, ha asegurado que para hacer desaparecer a ETA hay que hacerlo con «la ley en la mano, con consenso, inteligencia y con firmeza».