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El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha dicho que si el Estado tiene algo que ofrecer a Catalunya «se tendrá que votar» y escoger democráticamente entre esta oferta y la pregunta pactada en Catalunya, pero ha asegurado que tiene que haber alguna cosa «al otro lado del Ebro que no sea un no permanente».

En una entrevista publicada este domingo en La Vanguardia, Mas ha asegurado que ni teme ni quiere un «choque de trenes», pero que hay que evitar que Cataluña entre en «vía muerta», que es lo que les «ofrece el Estado».

Para Mas, la única solución posible es que el pueblo catalán pueda decidir su futuro, «ya no hay otra salida», ha añadido, puesto que los «interlocutores catalanes» ya no confían en el Estado.

Ha dicho que si el Estado no da al Parlament las competencias para hacer la consulta, la cámara catalana aprobará una ley de consultas, es lo que llama «la solución tolerada por el Estado», «que nos dejen hacer, que no se metan y, después ya iremos a Madrid a negociar» y, la otra vía, que «no es la ideal», pero que es «legal», son unas elecciones de aquí a 2016.

Sobre una declaración unilateral de independencia, Mas ha dicho que no hay que descartar ningún escenario, excepto el de cualquier tipo de violencia o el de hacer el ridículo.

Mas ha insistido en que no contempla otro escenario que el de hacer una consulta el día 9 de noviembre para conocer la opinión de los ciudadanos de Catalunya.

El presidente de la Generalitat ha asegurado que el diálogo con el Gobierno se intenta mantener vivo y que esto se consiguió hasta diciembre.

Además, ha apuntado que de Europa han recibido «comprensión, respeto o frialdad» pero «no rechazo explícito, hasta ahora».

Sobre la permanencia de Catalunya en la UE, Mas ha dicho que «habría un proceso de transición» para ver cómo quedaría Catalunya dentro de la UE, pero «no un motivo de expulsión como si fuéramos unos apestados».

Mas también ha asegurado que Catalunya «lidera la salida de la crisis nadando contra corriente», que Convergència y Unió «tienen que seguir juntos» y ha calificado el concepto de independencia clásica como «obsoleta» porque estamos en un mundo de «soberanías compartidas», «mas de interdependencias que de independencias».

Ha afirmado que Catalunya nunca ha fallado en los momentos importantes de España y que, en el momento crucial para Catalunya, «el Estado español hizo una pifia monumental», el día en que el Tribunal Constitucional dictó la sentencia sobre el Estatut.