TW
3

Los cinco grandes bancos españoles -Santander, BBVA, CaixaBank, Popular y Sabadell- obtuvieron en 2013 un beneficio neto de 7.674 millones de euros, cuatro veces más que un año antes, gracias a la menor necesidad de provisiones. La lista no incluye a Bankia, ya que presenta sus cuentas del ejercicio el próximo lunes, aunque por tamaño -su capitalización supera a Popular y Sabadell- forma parte del club de los grandes.

Pese a que los números de 2013 están aún lejos de las ganancias de 2011, cuando estas cinco entidades lograron más de 10.000 millones de euros de beneficios, el cambio de rumbo es evidente y todos los bancos logran beneficios. El caso más llamativo es el del Popular, que en 2012 sufrió pérdidas por importe de 2.461 millones de euros por los fondos apartados para cubrir créditos dudosos o fallidos de la cartera general o inmobiliaria, saneamientos que se elevaron a 9.600 millones. En 2013, el Popular volvió a beneficios y ganó 325 millones de euros.

Provisiones

Obligados por la reforma financiera aprobada por el Gobierno en 2011, los bancos tuvieron que hacer frente en 2012 a cuantiosas provisiones, que en 2013 ya fueron mucho menores. El Santander lideró la clasificación con 4.379 millones de euros de beneficios en 2013, casi el doble que un año antes, una vez cubierto su riesgo inmobiliario; la entidad espera ser pronto «más rentable que antes del inicio de la crisis», según aseguró su presidente, Emilio Botín.

A pesar de las pérdidas que se anotó por la puesta en valor de mercado de su participación en el banco chino CNCB, BBVA logró un beneficio de 2.228 millones de euros en 2013, el 33 % más que un año antes, también gracias a las menores dotaciones para provisiones y las plusvalías por desinversiones. CaixaBank ocupa la tercera posición por beneficios netos con 503 millones de euros, un 119 % más que en 2012, cerradas ya las integraciones de Banca Cívica y Banco de Valencia, gracias al aumento de los ingresos del negocio bancario y las plusvalías.

Banco Sabadell, por su parte, triplicó el año pasado sus beneficios con 247,8 millones de euros, con lo que la entidad ha superado «un punto de inflexión» con «la recuperación de los márgenes y la vuelta a la senda de una mayor rentabilidad», en palabras de su presidente, Josep Oliu. Entre las principales magnitudes, destaca la morosidad, que empeoró en todos los casos afectada por el proceso de reclasificación de préstamos dudosos.