Las víctimas de la talidomida pedirán 204 millones de indemnización en el juicio que se celebra hoy contra la farmacéutica Grünenthal, fabricante de este fármaco indicado para las náuseas de las embarazadas y que causó graves malformaciones en los fetos.En la foto, afectados por el medicamento a su llegada al juzgado de primera instancia de Madrid, tras la demanda que interpuso hace un año y medio la Asociación de Víctimas de la Talidomida (AVITE) contra el laboratorio alemán par | Zipi

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Unos 180 miembros de la Asociación de Víctimas de la Talidomida (AVITE) han reclamado en un juzgado de Madrid que la farmacéutica Grünental les indemnice con 204 millones por las malformaciones que sufrieron, pero la empresa ha pedido que la demanda se desestime por falta de pruebas.

Al juicio, que se ha celebrado en el Juzgado de Primera Instancia número 90 de Madrid y que ha quedado visto para sentencia, han asistido numerosos afectados de la talidomida, personas que nacieron sin pies o sin brazos, o con un muñón, después de que les recetaran a sus madres el fármaco para combatir las náuseas del embarazo.

Hechos prescritos

El abogado de las víctimas, Ignacio Martínez, ha mostrado su confianza en que los afectados españoles sean indemnizados, aunque sea «tarde y mal», para poder afrontar las limitaciones de su vida diaria, como las dificultades derivadas de ir al baño cuando no se tienen codos.

Por su parte, la letrada de la farmacéutica ha solicitado una sentencia desestimatoria por considerar que los hechos están prescritos y por la dificultad de aportar pruebas, cincuenta años después de los hechos.

Martínez ha señalado que la farmacéutica ha pagado casi 600 millones de euros en indemnizaciones en Alemania como responsable del «desastre» de la talidomida, mientras que España es el país peor tratado del mundo porque los afectados no han recibido compensaciones por los daños causados.

El representante legal de las víctimas ha recalcado que la talidomida se siguió vendiendo en España cuando se había retirado en Alemania sin que la farmacéutica hiciera nada para transmitirle a la sociedad que era «veneno». Este caso es «el ejemplo perfecto de un daño continuado», según Martínez, quien ha precisado que las víctimas van evolucionando permanentemente y van apareciendo daños nuevos.

La abogada de la farmacéutica asegur que «a esta parte le conmueve y le emociona el sufrimiento humano», pero ha remitido las actuaciones al ámbito de la asistencia social, a través de la Fundación Contergán, que ha canalizado las indemnizaciones en Alemania.