Un momento de la manifestación convocada en protesta por las detenciones de miembros del colectivo de apoyo a los presos de ETA Herrira en Bilbao.TA | Efe

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Varios miles de personas han participado este sábado en una manifestación en favor de los presos de ETA, encabezada por los 18 miembros del colectivo Herrira detenidos el pasado lunes por su vínculo con la organización terrorista.

Bajo una pancarta en la que se leía en euskera y castellano «Gota a Gota. Una marea por los derechos de los presos y exiliados vascos», numerosos dirigentes de la izquierda abertzale y de una treintena de colectivos sociales, en su mayoría ligados a esta ideología, han arropado a los 18 detenidos.

La marcha, de la que se desmarcaron el PNV, el PSE y otros partidos como Ezker Anitza-IU, ha discurrido sin incidentes entre el pabellón de La Casilla y el Ayuntamiento de Bilbao y ha concluido con la lectura de un manifiesto en el que se ha exigido la vuelta a casa de los presos etarras y el reconocimiento de sus derechos.

Entre los participantes han estado los principales dirigentes de Sortu y de EH Bildu, entre ellos, Pernando Barrena, Hasier Arraiz, Peio Urizar y Laura Mintegi; el coordinador general de Aralar, Patxi Zabaleta; el exlíder de Ezker Batua Javier Madrazo, así como los secretarios generales de ELA, Adolfo Muñoz «Txiki», y de LAB, Ainhoa Etxaide.

También ha asistido el diputado general de Gipuzkoa, Martín Garitano (Bildu), quien se ha abrazado a los 18 detenidos de Herrira para expresarles su solidaridad.

Antes de empezar la marcha, los detenidos han posado ante las cámaras, vestidos con las camisetas azules que simboliza a Herrira.

Tras su arresto el pasado lunes por pertenecer a una asociación que es «herramienta para el control y cohesión de presos de ETA», todos quedaron en libertad a lo largo de la semana.

El juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco les impuso medidas cautelares, como la prohibición de participar en actividades de control de presos etarras y de enaltecimiento del terrorismo.

Durante la manifestación, se han oído gritos como «Amnistía para todos» o «Presos vascos, a casa».

La mayoría de las personas ha portado carteles azules con el dibujo de una gota azul que asemejaba el emblema de Herrira, aunque sin el nombre de esta plataforma, cuya actividad ha prohibido el juez por un plazo de dos años.

Peio Urizar, en declaraciones a los medios antes de arrancar la manifestación, se ha mostrado convencido de que la sociedad vasca va a «recoger el testigo» de Herrira para trabajar en favor de los presos de ETA.

El líder de EA ha acusado al Gobierno del PP de «utilizar todas las herramientas a su mano, políticas y judiciales» para bloquear el proceso de paz.

«Al Estado español no le interesa que se supere el escenario anterior y quiere que sigamos en un escenario que ellos controlen políticamente», ha censurado.

La portavoz de Sortu Amaia Izko también ha asegurado que la respuesta a esta «agresión» debe ser llevar la «defensa de los derechos de los presos a todos los rincones de Euskal Herria».

Según Izko, con la operación contra Herrira se ha puesto de manifiesto que el Gobierno español está utilizando «a los presos contra la paz» y que quiere «borrar y hacer desaparecer la defensa de sus derechos en la calle».

Patxi Zabaleta ha exigido al Ejecutivo de Mariano Rajoy la derogación de toda la «legislación antiterrorista».

«No tiene cabida en el siglo XXI y en Europa una legislación de excepción que anula los derechos humanos», ha afirmado el líder de Aralar.

Tras la llegada al ayuntamiento de la pancarta, se ha leído un texto en el que se afirma que la operación contra Herrira ha sido una «barbaridad mayúscula» y una «excusa para «castigar al pueblo, silenciarlo, cortarle las alas para que no vuele».

«Queremos cerrar heridas y abrir una nueva etapa de convivencia en este país. Queremos en casa a todos los presos y refugiados políticos vascos», dice la declaración.

«Lo queremos, no porque estemos o dejemos de estar de acuerdo con sus trayectoria personal o política, no porque compartamos o no un objetivo político... Los queremos en casa porque es justo y porque contribuirá al nuevo modelo de convivencia que queremos construir, en el que nadie sea perseguido por sus ideas y podamos curar las heridas del pasado», añade.

El manifiesto concluye anunciando nuevas movilizaciones en las próximas semanas, hasta conseguir «traer a casa» a los presos.