El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, durante la sesión de control al Gobierno. | Efe

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El jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, ha ofrecido al presidente de la Generalitat, Artur Mas, diálogo «sin fecha de caducidad» y le ha pedido «lealtad institucional» y «respeto al marco jurídico», en una carta que le ha remitido esta tarde.

«Juntos ganamos todos y separados todos perdemos», afirma Rajoy en su carta, recibida esta tarde por Artur Mas, en la que alude a su compromiso de «atender al interés general de los españoles y, por ello, de todos los catalanes».

La carta de Rajoy responde al escrito que le remitió Artur Mas el pasado mes de julio en el que pedía la convocatoria de una consulta soberanista en Cataluña.

Rajoy afirma que el mejor servicio a la legitimidad democrática a la que invoca en su escrito el presidente de la Generalitat «es precisamente respetar ese marco jurídico en el que todos los gobiernos hallan su fundamento y legitimidad y los ciudadanos encuentran la garantía para la convivencia y la concordia».

El «compromiso» con el dialogo «adquiere su verdadero sentido desde la exigible lealtad institucional y desde el respeto al marco jurídico que a todos nos protege y que a todos nos vincula, en especial a quienes ejercemos responsabilidades de gobierno», señala el presidente del Gobierno.

Rajoy expresa su convencimiento de la «extraordinaria relevancia» que Cataluña tiene para el conjunto de España y de «la riqueza, pluralidad y singularidad de la sociedad catalana».

«Los vínculos que nos mantienen unidos no pueden desatarse sin enormes costes afectivos, económicos, políticos y sociales», señala el presidente, quien transmite a Mas la firme convicción de su Gobierno de que han de trabajar «en el fortalecimiento de esos lazos y huir de los enfrentamientos», desde «la lealtad recíproca y el fomento de la corresponsabilidad en las dos direcciones».

En su carta, Rajoy invita a Mas a que ambos ejerzan responsablemente su función «como gobernantes democráticos con lealtad hacia los ciudadanos y las instituciones» que representan en unos momentos de dificultad económica y social.

Antes de despedirse «cordialmente», el presidente del Ejecutivo hace hincapié en su «profundo afecto» por la sociedad catalana en su conjunto y el respeto institucional a la Generalitat de Cataluña, y se ofrece para «trabajar conjuntamente y ofrecer así la mejor respuesta a las necesidades reales de todos los ciudadanos».