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El portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, ha defendido la «honradez» del Gobierno de Mariano Rajoy y ha advertido a quienes se dedican a «desprestigiarlo cada día» que piensen bien antes de hablar, porque no está seguro de que «todos puedan decir lo mismo». Alonso ha sido el último portavoz parlamentario en intervenir en este debate que ha cerrado Rajoy.

Ha insistido el portavoz popular en calificar de «honrado» a su Gobierno y al partido que lo sustenta, y ha señalado que el Ejecutivo merecería tener una oposición «a la altura de las circunstancias». Aunque no ha citado de forma explícita el caso Bárcenas, Alonso se ha referido a los asuntos que «llenan los sumarios y los periódicos», y ha admitido que «faltaron y fallaron los controles y se relajó la exigencia ética».

Insostenible

Por su parte, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha negado que el PP sólo tenga pose y no actitud ante la corrupción, en respuesta a la petición que le ha hecho el portavoz del PNV, Aitor Esteban, quien ha advertido de que la situación para el Gobierno será «insostenible» si se confirma la corrupción en el PP.

En la segunda jornada del debate del estado de la nación, Rajoy ha subrayado, sin citar sus nombres, que el extesorero del PP Luis Bárcenas y el exsenador y exalcalde de Pozuelo Jesús Sepúlveda «hace ya años que no asumen ningún tipo de responsabilidad».

El presidente del Gobierno ha reconocido el desapego de «parte sustancial» de la ciudadanía hacia la clase política y lo ha atribuido a la dura crisis económica, pero también al afloramiento de muchos casos de corrupción «muy reprobables e inadmisibles».

Tras señalar que ese «desgaste general» afecta al Gobierno y a toda la clase política, ha rechazado de nuevo «la generalización injusta, la critica desaforada, la desmesura y la falta de objetividad», porque contribuyen a ese desapego.

Además, el presidente ha señalado que el Gobierno está fuerte y que creará empleo.

Rajoy ha tenido respuesta para todos los líderes de los partidos de la oposición que le preguntaron ayer, ha tenido respuesta a todos o a casi todos. «¿Por qué no habla de la Casa Real? ¿Es que acaso se ha vuelto usted republicano?». Le ha preguntado, provocando más de una risa, el portavoz de ERC, Alfred Bosch.

Obviar

Y ni por esas. Rajoy ha obviado el asunto y se ha vuelto a centrar en las medidas contra la crisis en un debate en el que, como era previsible, no ha faltado la tensión en el «cara a cara» con Amaiur.

De la «putrefacción» de las instituciones del «Estado español» ha hablado el diputado abertzale Iker Urbina, y el presidente del Gobierno le ha afeado el reproche: si hay alguien que peca de déficit democrático, le ha dicho, es Amaiur, por no condenar los crímenes de ETA ni pedir su disolución.