Ángel de Cabo y Gerardo Díaz Ferrán. | Archivo UH

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La policía detuvo ayer al expresidente de la CEOE y cofundador de Marsans Gerardo Díaz Ferrán, al actual dueño del grupo turístico, Ángel de Cabo, y a su entorno por un presunto delito de alzamiento de bienes y blanqueo de capitales a raíz de una denuncia presentada por varias empresas del sector.

En el marco de la ‘operación Crucero’, que continúa abierta, se ha detenido también a Iván Losada, exdirector general de Marsans y mano derecha de De Cabo; a su cuñado, Teodoro Garrido; a su secretaria, Susana Mora; a dos supuestos testaferros, Rafael Toro y Antonio García Escribano, así como a otras dos personas vinculadas al también dueño de Nueva Rumasa, Carmelo José Estéllez y José Pardo Manrique.

Díaz Ferrán, que fue detenido en su casa de Madrid, pasará a disposición judicial previsiblemente hoy.

La policía encontró en la casa de Díaz Ferrán 150.000 euros en metálico y un kilo de oro, mientras que en la de De Cabo se ha hallado un millón de euros.

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La Dirección General de la Policía no descarta nuevos arrestos dentro de la investigación que dirige el Juzgado Central de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional a consecuencia de la denuncia.

En consecuencia, el juez de la Audiencia Nacional, Eloy Velasco, que mantiene secreta esta causa, ha imputado a Díaz Ferrán y a De Cabo los delitos de blanqueo de capitales, alzamiento de bienes e insolvencia punible.

Además, la Audiencia Nacional ordenó el bloqueo de una cuenta en Suiza con unos fondos por valor de 4,9 millones a nombre de Ángel de Cabo, que supuestamente provenían de una empresa irlandesa del grupo Marsans.

Tras conocerse las detenciones, UGT ha exigido responsabilidades «a todos los niveles políticos», y en especial al expresidente de la patronal de empresarios, por la quiebra del grupo turístico, en tanto que IU cree que aún queda «mucha» gente por sentarse en el banquillo.