Artur Mas, en su valoración de la celebración de la Diada. | GUSTAU NACARINO

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El presidente de la Generalitat, Artur Mas, hizo ayer suyo el «clamor» independentista expresado en la manifestación de Barcelona y se comprometió a construir «estructuras de Estado» para Catalunya, consciente de que «nada será fácil» pero también convencido de que «todo es posible».

«El clamor de ayer fue muy claro y a la vez muy normal: una nación con una lengua y cultura propia y que, para seguir siendo ella misma y para progresar, pide simplemente tener un Estado, un instrumento para seguir siendo en el futuro lo que ha sido en el pasado», proclamó Mas, que prometió que actuará «en consecuencia».
Mas empezó su intervención celebrando «muchísimo el enorme éxito de la movilización de ayer», una repercusión que «no se puede discutir ni minimizar», y se mostró «orgulloso» por las «ejemplares muestras de civismo que en todo momento presidieron» la marcha.

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Cataluña, según Mas, «ofreció ayer al mundo y a Europa su mejor imagen» y transmitió «un mensaje muy potente e inequívoco de anhelo de libertad y de querer ser un pueblo normal entre los países y las naciones del mundo».
Mas emplazó a las instancias políticas españolas a ver precisamente estas reclamaciones catalanas desde la «normalidad» y sin «dramatismo», sin caer en «reacciones airadas o histéricas».
Tratando de encontrar una explicación al crecimiento del independentismo, Mas recordó que Catalunya llevaba 30 años «volcando una parte muy importante de sus energías en ayudar a España a ser un buen país, con la esperanza de que estas energías acabarían configurando un Estado más amable y respetuoso con las aspiraciones catalanas».

Episodios como el de los recortes al Estatut, según Mas, han llevado a muchos catalanes a convencerse de que su identidad y sus aspiraciones no podrán encontrar ya un «encaje» dentro del Estado.