El presidente del BCE, Mario Draghi, en la rueda de prensa ofrecida esta mañana en Frankfurt. | ALEX DOMANSKI

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El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, ha confirmado este jueves que comprará deuda soberana de los países en crisis de la eurozona con el objetivo de garantizar la «irreversibilidad» del euro. La intervención estará sujeta a «estrictas condiciones», supervisadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), y deberá ir precedida por una petición de ayuda al fondo de rescate de la UE por parte de los Gobiernos beneficiarios.

El programa «no tendrá límites previos» y contará con la «talla adecuada para lograr sus objetivos». Se concentrará en la compra de bonos con vencimientos entre uno y tres años con el objetivo de ayudar a los Gobiernos mientras surten efecto los ajustes y reformas estructurales emprendidos.

El BCE renunciará a su condición de acreedor preferente y aceptará «el mismo tratamiento que los acreedores privados» en caso de reestructuración de la nueva deuda adquirida. La liquidez inyectada en el sistema con estas compras se retirará «plenamente» mediante otras operaciones, ha explicado Draghi.

El banquero italiano ha indicado que este programa, denominado OMT, permitirá a la entidad tratar las «distorsiones severas» en los mercados de bonos, así como garantizar la «irreversibilidad del euro» y evitar «escenarios catastróficos».

«Nos adherimos estrictamente a nuestro mandato», ha defendido Draghi. No obstante, ha admitido que la decisión de activar del programa «no ha sido unánime» por parte del consejo de gobierno del BCE sino que ha habido «una opinión discrepante». Se refería sin citarlo al presidente del Bundesbank, Jens Weidemann, que ha hecho pública su oposición.

No es un 'rescate blando'

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Draghi ha insistido en que no puede hablarse de «rescate blando» porque la compra de bonos estará sujeta a «estrictas condiciones». El país beneficiario deberá pedir la activación del fondo de rescate de la UE y firmar un memorándum de entendimiento, cuyo cumplimiento será supervisado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

«La adhesión de los gobiernos a sus compromisos y la intervención de los mecanismos de rescate son condiciones necesarias», ha resaltado. «Para restaurar la confianza, los políticos deben seguir con gran determinación con la consolidación fiscal, las reformas estructurales y la reforma de las instituciones europeas», ha agregado Draghi.

Los países interesados deberán pedir o bien un rescate completo como el de Grecia, Irlanda y Portugal o bien un programa preventivo que incluya al menos la compra de bonos en el mercado primario, es decir, directamente en las emisiones del Tesoro.

La intervención va dirigida de forma prioritaria a los países que todavía no han pedido el rescate completo pero también podría beneficiar a Atenas, Dublín y Lisboa cuando empiecen a volver a financiarse en los mercados.

El BCE suspenderá la compra de deuda «cuando no se cumpla el programa de ajuste macroeconómico», según ha avisado el banquero italiano.

«En cuanto a España, nosotros hemos marcado una ruta, está en manos de los Gobiernos, del Gobierno de España y de los Gobiernos de la eurozona» decidir si activan la compra de deuda, ha dicho Draghi en rueda de prensa al ser preguntado por si el nuevo programa estará listo en octubre, cuando el Gobierno de Mariano Rajoy debe hacer frente a importantes vencimientos de deuda.