Rodrigo Rato, tras su comparecencia en el Congreso para analizar la crisis de Bankia. | SUSANA VERA

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El expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, ha desvelado la presión que supuestamente ejerció el Banco de España para incorporar Bancaja a la fusión liderada por Caja Madrid y, posteriormente, para que el grupo debutara en bolsa. Además, en su primera intervención pública para hablar de la crisis de Bankia, Rato ha cuestionado los cambios de criterios contables de Deloitte a pesar de que la auditora fue la encargada de diseñar el plan con el que se pretendía reflotar la entidad.

En medio de una gran expectación, Rato ha comparecido a petición propia en la Comisión de Economía del Congreso de los Diputados, y ha justificado su dimisión al frente de Bankia tras ser consciente de que las «autoridades» no aprobarían el plan ideado por Deloitte. La estrategia evitaba la nacionalización del grupo y pedía una ayuda de 7.000 millones de euros frente a los 19.000 millones que reclama ahora el nuevo equipo de Bankia. Que al final ha sido cuatro veces más caro.

No hay agujeros

A pesar de este importante baile de cifras, Rato ha insistido en que se fue con la conciencia de haber hecho bien las cosas y ha asegurado que no hay «agujeros» en Bankia ni pérdidas reales, ya que los números rojos presentados tras la reformulación de las cuentas de 2011 se deben a provisiones por posibles deterioros futuros.

Al inicio de su intervención, Rato ha asegurado que el exgobernador del Banco de España Miguel Ángel Fernández Ordóñez le «conminó» a sumar Bancaja a la alianza que ultimaban Caja Madrid y otras cinco entidades.

Esta tesis coincide con la de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, quien aseguró que la fusión de Caja Madrid y Bancaja había sido un «matrimonio a punta de pistola», algo que negó Fernández Ordóñez en su comparecencia del pasado martes.