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Los líderes de la zona euro respondieron hoy a las exigencias de España e Italia y abrieron la vía a la recapitalización directa de la banca y a facilitar el uso de los fondos europeos de rescate para comprar deuda de países bajo presión en los mercados.
En un encuentro que terminó bien entrada la madrugada (alrededor de las 2:30 horas GMT), los jefes de Estado y de Gobierno de la moneda única pactaron, además, que el préstamo a España para sanear sus bancos no tenga preferencia de cobro ante otros tenedores de deuda española, una medida llamada a aliviar la prima de riesgo.
El presidente español, Mariano Rajoy, y el primer ministro italiano, Mario Monti, lograron así varias de las demandas que buscaron lanzando un órdago al conjunto de la Unión Europea.
España e Italia decidieron frenar la aprobación oficial del pacto de crecimiento negociado por los Veintisiete -que incluye un plan de impulso económico de 120.000 millones de euros- mientras no se les ofreciesen soluciones a corto plazo para las dificultades de financiación que viven.
El movimiento provocó que los líderes de la eurozona adelantasen el encuentro que tenían previsto celebrar al término de la cumbre comunitaria para tratar así de desbloquear la situación.
Finalmente, la eurozona accedió a varios puntos que hasta ahora habían sido rechazados por países como Alemania, Holanda y Finlandia.
El primero, la posibilidad de que se use el fondo europeo de rescate para recapitalizar de forma directa la banca, sin pasar por el Estado y eliminando así la carga que eso supondría para las cuentas públicas.
Esa opción estará disponible una vez que se haya creado un supervisor bancario europeo, con la implicación del Banco Central Europeo (BCE), aunque estará sujeta a «condiciones muy estrictas».
Según el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, la vía podría estar disponible antes de fin de año.
España obtuvo, además, un acuerdo por el cual el préstamo de hasta 100.000 millones de euros que recibirá de sus socios para sanear sus bancos se iniciará a través del fondo de rescate temporal (FEEF) y pasará luego al fondo permanente (MEDE) con las mismas condiciones.
Es decir, la eurozona renuncia a ser acreedor preferente para facilitar la financiación de España en los mercados, que habían recibido negativamente el plan inicial, según el cual el Estado debía atender el pago de ese préstamo antes que el resto de la deuda pública que coloca.
Muchos analistas atribuían a esas dudas de los inversores la subida de la prima de riesgo y de los tipos de interés del bono español registrada en las últimas semanas.
El presidente del grupo de trabajo del euro, Thomas Wieser, explicó que una vez se traslade el préstamo al MEDE se podrá eliminar «muy rápidamente» su impacto del balance de la deuda pública.
Al mismo tiempo, los países del euro aceptaron las demandas de Italia para flexibilizar las condiciones bajo las cuales los fondos de rescate podrán comprar deuda de los Estados en apuros, pero que cumplan con los compromisos presupuestarias y en materia de reformas.
Este instrumento estaría disponible ya en verano, según el acuerdo cerrado hoy.
Monti, al término de la cita, reconoció que la negociación estuvo «llena de discusiones y de momentos de tensión», pero se declaró «satisfecho» con el resultado.
«Ha sido dura, pero ha merecido la pena», aseguró.
Mariano Rajoy se limitó a anunciar la existencia de un acuerdo, pero no quiso dar más detalles a los periodistas.
Por su parte, Merkel, consideró lo pactado como «un buen resultado» y un «buena base para continuar trabajando».