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La agencia de calificación crediticia Fitch Ratings ha recortado en tres escalones el rating de España, desde 'A' a 'BBB' con perspectiva 'negativa', debido al coste fiscal que tendrá el proceso de recapitalización del sector bancario, a un empeoramiento de las perspectivas de la economía española y al incremento de la probabilidad de que España necesita ayuda financiera externa.

De esta manera, la calificación de la deuda a largo plazo de España se sitúa a solo dos escalones de la categoría de inversión denominada 'bono basura'. Fitch también ha recortado desde 'F1' a 'F2' el rating de la deuda a corto plazo.

Fitch destaca que la «dramática erosión» del rating y el perfil crediticio soberano de España en el último año refleja en parte los errores políticos cometidos a nivel europeo, que han agravado los desafíos financieros y económicos a los que se enfrentaba España en su intento por reequilibrar y reestructurar su economía.

En concreto, señala que la intensificación de la crisis de la eurozona en la segunda mitad del pasado año devolvió a la economía española a la recesión y elevó las dudas sobre la solvencia bancaria y soberana del país. Así, cree que España ha sido «especialmente vulnerable» al empeoramiento de la crisis de la eurozona por su elevado nivel de deuda externa y por la «frágil confianza» en su capacidad para implementar la consolidación fiscal y la reestructuración bancaria de un modo ordenado.

La agencia prevé que la economía española se mantenga en recesión en lo que queda de año y en 2013, a diferencia de su anterior previsión en la que auguraba que la economía se beneficiaría de una suave recuperación el próximo año.

Coste de recapitalizar el sistema bancario

En concreto, Fitch estima que el coste fiscal de reestructurar y recapitalizar el sistema bancario español será de entre 50.000 y 60.000 millones de euros, un 6% del PIB, cifra que podría ascender hasta situarse entre 90.000 y 100.000 millones de euros en el escenario más adverso, en comparación con su anterior previsión de 30.000 millones de euros.

La agencia espera que España logre apoyo financiero externo para la recapitalización de bancos de tamaño medio y cajas de ahorro, lo que ayudaría a recuperar la confianza en el conjunto del sector bancario.

En su opinión, el núcleo del sistema bancario (Santander, BBVA y La Caixa) no necesitará ayuda, ya que logrará cumplir los nuevos requisitos de capital y provisiones más estrictos, lo que subraya la confianza de Fitch en que los costes fiscales de la reestructuración bancaria sean «manejables» desde una perspectiva de rating.

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En este sentido, señala que la reducida flexibilidad de financiación del Gobierno español está limitando su capacidad para intervenir de forma decisiva en la reestructuración del sector bancario y ha incrementado la probabilidad de que necesite ayuda financiera externa.

Sin embargo, apunta que asegurar una financiación a bajo coste y de larga duración de sus socios europeos para ayudar a la reestructuración del sistema bancario español es coherente con el actual rating. «Si es efectivo para recuperar la confianza en el sector bancario y aliviar la carga fiscal de la reestructuración sería positivo para el rating», añade.

Aumento de la deuda

Asimismo, Fitch también ha tenido en cuenta en su rebaja que la deuda alcanzará el 95% del PIB en 2015 debido a la recapitalización de la banca, que aumentará más de un 6% la deuda durante 2012 y 2013, a lo que hay que sumar el empeoramiento de las perspectivas económicas.

La agencia, que hasta ahora preveía que la deuda alcanzar en 2013 un máximo de 82%, cree que en el escenario más adverso alcanzaría el 100% del PIB en 2014. Aun así, estima que la deuda se estabilice y siga siendo sostenible, pese a que el alto nivel de endeudamiento ofrece escaso espacio fiscal para absorber futuros 'shocks'.

Pese a todo, cree que España mantendrá su acceso al mercado de financiación para objetivos fiscales, aunque será un «elevado coste». En su opinión, la resolución de la crisis bancaria, los progresos en reducir el déficit y las reformas estructurales en marcha, junto con medidas a nivel europeo, respaldarían una normalización de los costes de financiación y mejorarían la confianza en la sostenibilidad de la deuda.

Grado de inversión

Fitch explica que la nota de España permanece en grado de inversión debido a una economía diversa y con un «relativamente elevado» valor añadido, así como por la estabilidad política y social pese al elevado desempleo. También destaca que la competitividad y las exportaciones están mejorando y que se espera superávit este año en la balanza comercial de bienes y servicios.

Asimismo, está respaldado por el compromiso del Gobierno para llevar a cabo reformas estructurales de amplio rango que mejoren la eficacia de los servicios públicos y fortalezcan el marco fiscal y presupuestario, mejoren la flexibilidad del mercado laboral, impulsen la competitividad e incrementen el potencial de la economía.

Además, añade que este rating incorpora la previsión de Fitch de que España tiene asegurado apoyo financiero de sus socios europeos para la reestructuración y la recapitalización del sector bancario, aunque no necesariamente a través de un programa que incluya numerosas condiciones políticas.