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Los nuevos hallazgos sobre los intervalos de sueño en el periodo fetal confirman que la raza humana se equivoca al incluir estímulos para hacer dormir a los bebés, ya que, en los primeros años de vida, sólo necesitan comer bien para que cierren los ojos, según el doctor Eduard Estivill.

Es una de las conclusiones que expone en ‘¡A Dormir!’, el nuevo libro de este experto mundial de los trastornos del sueño que incluye los últimos hallazgos en periodo fetal con los que completa su ya conocido «Método Estivill».
«Por desconocimiento, la raza humana cambia los hábitos naturales por una cuestión cultural; pensamos que tenemos que hacer algo para que el niño duerma, como cantarle o mecer la cuna, pero no hace falta nada de eso si lo hacemos todo bien desde el primer día», explica Estivill.

Intervalos

Estudios en fetos de 7 y 8 meses muestran que alternan intervalos de 30 minutos despiertos con dos o tres horas de sueño, exactamente el mismo comportamiento que sigue el bebé cuando ya ha nacido.

Así, tras el parto, se debe preservar esta «normalidad» que tenía el bebé en la matriz, manteniéndole despierto cuando come y, sin ningún estímulo más, se dormirá sin problemas.

Por tanto, según la teoría del doctor del sueño, los problemas para dormir en los primeros años de vida de un niño sólo son atribuibles a un «mal hábito» de los padres, inducido por el desconocimiento, ya que otros factores de insomnio como los miedos nocturnos o las pesadillas no aparecen hasta los 4 años.

Según Estivill, alrededor del 30 por ciento de los niños entre seis meses y 5 años tiene trastornos del sueño por malos hábitos adquiridos.