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La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, ha afirmado hoy que los Presupuestos Generales del Estado de 2012 «son creíbles y los únicos posibles», tras ocho años de Gobierno socialista que dejó un déficit del 8,5 % del PIB.

Así respondió la vicepresidenta en la sesión de control al Gobierno en respuesta a la diputada socialista Soraya Rodríguez sobre si considera que los presupuestos de 2012 generan confianza.

Sáenz de Santamaría ha señalado que le gustaría no hablar de la herencia recibida si ésta fuera otra y ha añadido que no es lo mismo coger un país en superávit que con un déficit del 8,5 %, ya que «ahora hay que recuperar la confianza perdida».

La vicepresidenta ha indicado que del ajuste de 27.300 millones llevado a cabo por el Gobierno, 17.000 millones son responsabilidad del Gobierno anterior.

Ante las críticas de Rodríguez a la amnistía fiscal, Sáenz de Santamaría ha destacado que los socialistas hicieron dos en diferentes mandatos y ha asegurado que José Luis Rodríguez Zapatero tenía una propuesta al respecto, «no limitada, sino de carácter mundial», asesorado por el «ideólogo» Jesús Caldera.

A su juicio, al PSOE la «regularización» fiscal «le gusta en el Gobierno y no en la oposición, y la huelga general no le gusta en el Gobierno y le encanta en la oposición».

La diputada socialista ha criticado la desconfianza hacia España en el ámbito internacional y la injusticia que comete el Gobierno con la sociedad española al aplicar unos recortes «brutales» que recaen en la clase media trabajadora.

Rodríguez ha exigido a la vicepresidenta que no hable más de la herencia recibida y que ponga orden en la descoordinación del Ejecutivo, que, según ella, ha quedado patente el pasado lunes con la comunicación de los recortes en Sanidad y en Educación cuando los ministros se desmentían entre ellos.

También ha pedido que el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, comparezca en el Congreso y no ante su grupo parlamentario sin admitir preguntas de los periodistas.

A este respecto, ha criticado que Rajoy saliera ayer corriendo «vergonzosamente» por el garaje del Senado.