Toxo y Méndez, en la presentación del manifiesto de la Plataforma Social en defensa del Estado de Bienestar. | Juanjo Guillen

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El Gobierno no desvirtuará el «tronco» de la reforma laboral, según avisó ayer el PP, y pide a los sindicatos que hagan propuestas concretas para mejorar la ley en el Congreso, mientras que CCOO y UGT advierten de que todavía hay tiempo para rectificar y evitar una escalada de movilizaciones.

La ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, dijo que «está deseando» tener propuestas constructivas de los sindicatos durante el trámite parlamentario de la reforma laboral y aseguró que ninguna materia quedará «excluida» de la negociación.

Reiteró a CCOO y UGT que es tiempo de responsabilidad, pese a que los secretarios generales de estas centrales sindicales han avisado al Ejecutivo de que debe rectificar para evitar nuevas movilizaciones.

Los secretarios generales de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y de UGT, Cándido Méndez, recalcaron que las manifestaciones del domingo en toda España fueron las más importantes de la democracia.

Los dos sindicatos quieren que durante el trámite parlamentario se abra en paralelo una mesa de negociación con los agentes sociales para elaborar una enmienda y llevarla al Congreso.

No obstante, la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, advirtió que el Gobierno no aceptará nada que desvirtúe el tronco de la reforma laboral, que es la incentivación de las contrataciones.

«El cuerpo de la reforma tiene que mantenerse en su espíritu», dijo, tras asegurar que será Fátima Báñez la que diga hasta qué punto se puede matizar» la norma.

Precisamente, la ministra de Empleo sigue reuniéndose con los agentes sociales para analizar el texto de la reforma y ayer se entrevistó con el presidente de la Confederación Empresarial Española de la Economía Social (CEPES), Juan antonio Pedreño, quien le presentó medidas que pueden crear 200.000 puestos de trabajo en cuatro años.

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, anunció que su partido presentará sus propias propuestas porque «sólo con ajuste no se sale de la crisis» y lamentó que se hayan puesto «en solfa» treinta años de relaciones laborales con una reforma «injusta, innecesaria e ineficaz».

Ayer, precisamente, cuarenta organizaciones sindicales y sociales firmaron un manifiesto en defensa del estado de bienestar y los servicios públicos con capacidad para gestionar, entre otras cuestiones, las pensiones, las prestaciones por paro, la sanidad, la educación o la atención a la dependencia.

Por su parte, el líder de IU, Cayo Lara, cree que la «dureza» de la reforma laboral ha roto «la barrera del miedo» en la calle y cree que la respuesta ciudadana se acrecentará.