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La tasa de ahorro de los hogares e instituciones sin ánimo de lucro se situó en el 10,9% de su renta en el tercer trimestre, lo que supone 2,2 puntos menos que en el mismo periodo de 2010.

De acuerdo con los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la renta disponible de los hogares e instituciones sin ánimo de lucro se incrementó un 0,9% en el mismo periodo, hasta alcanzar 170.055 millones de euros.

En cuanto a la utilización de esa renta, el INE explica que fue el gasto en consumo final, que aumentó el 3,4%, el que produjo una disminución del ahorro en 3.562 millones de euros en el último año, recortando la cifra total a 18.496 millones.

Si se toman como referencia los últimos cuatro trimestres (año móvil), la tasa de ahorro alcanzó el 12,2% de la renta disponible, cinco décimas menos que en el periodo precedente.

Respecto a la renta disponible de los hogares, cabe señalar que las rentas primarias (ingresos de los hogares) disminuyeron un 0,2%, entre otras cosas porque la remuneración de los asalariados cayó el 1,3%.

Prestaciones

Dentro de las rentas secundarias (prestaciones menos cotizaciones e impuestos), las prestaciones crecieron un 1,8%, mientras que el montante de las cotizaciones sociales pagadas bajó un 1,1%.

El ahorro generado por los hogares unido al saldo positivo de 951 millones de euros procedentes de las transferencias netas de capital fue suficiente para financiar la inversión de este sector, que alcanzó los 15.854 millones, un 2,9% más que un año antes.

De este modo, los hogares y las instituciones sin ánimo de lucro generaron una capacidad de financiación de 3.593 millones, lo que supone el 1,4% del PIB trimestral.

La renta disponible de las empresas no financieras creció un 8,4%, hasta los 30.606 millones, principalmente por el aumento del 6,1% del excedente de explotación y la disminución del 2,4% del impuesto sobre sociedades pagado.

Las sociedades no financieras muestran una capacidad de financiación de 2.914 millones, un 1,1% del PIB trimestral.

Las administraciones públicas redujeron su renta disponible un 1,6% interanual, hasta los 41.224 millones, debido al descenso de las cotizaciones sociales y al aumento de las prestaciones pagadas, que no pudo ser compensado con el aumento de la recaudación de impuestos.

Aunque el gasto en consumo final de las administraciones públicas disminuyó, el ahorro de este sector es negativo.