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El futuro presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asegurado este martes que el control del déficit público «no es la solución» a los problemas que aquejan a la economía española «al menos en el corto plazo» e incluso puede provocar un «efecto diferente al que se pretende», pero en el largo plazo es la única salida para afrontar con «alguna expectativa de éxito» la recuperación económica.

Durante su réplica al portavoz del PNV, Josu Erkoreka, durante la segunda jornada del Debate de Investidura en el Congreso, Rajoy ha reiterado su compromiso con los objetivos de reducción de déficit, máxime ante el enorme importe del vencimiento de deuda española, pero ha remarcado que estos ajustes deben de venir acompañados por reformas estructurales como las apuntadas en la jornada de ayer.

En cualquier caso, ha remarcado que las medidas que el Gobierno empezará a aprobar a partir de su primer Consejo de Ministros, este mismo viernes, servirán para demostrar que España es un «país serio» que puede pagar sus compromisos.

Asimismo, ha garantizado que se va a «tomar en serio» el refuerzo de la posición de España en Europa, al tiempo que ha asegurado que no comparte las críticas de Erkoreka contra las medidas impulsadas por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, para impulsar al consolidación fiscal que ha comparado con «un palo que no frece zanahoria».

EL BCE SERA COMO LA FED

Rajoy se ha mostrado convencido de la necesidad de reformas que llevan a más Europa, con las reformas constitucionales para apoyar el principio de estabilidad presupuestaria, como hizo España hace unos meses, aunque ha admitido que le hubiera gustado «más zanahoria y más Europa», en especial con «otro diseño del BCE».

Así, ha augurado que el emisor acabará teniendo un diseño «similar al de la Reserva Federal de Estados Unidos», aunque llevará su tiempo, y ha defendido una rápida entrada en funcionamiento del fondo de rescate europeo.

En cualquier caso, ha reclamado la colaboración de los nacionalistas vascos pues no ve «diferencias ideológicas» en materia económica. Además, aunque ha admitido que el PNV no tiene una posición en los anteriores Debates de Investidura «que le mueva al optimismo», ha recalcado su apuesta por el diálogo.