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El expresident de la Generalitat Francisco Camps ha llegado esta mañana al Palacio de Justicia de Valencia para ser juzgado por un delito continuado de cohecho pasivo en el coche del presidente de Les Corts Valencianes Juan Cotino y en compañía de su abogado, Javier Boix.

Sobre las 09.20 horas y en un BMW de color blanco conducido por Cotino, Camps ha llegado con unos papeles en la mano y, siempre sonriendo, ha saludado a varios diputados autonómicos del PP y simpatizantes que le esperaban desde primera hora de esta mañana.

Asimismo, ha hecho un gesto con la mano a los numerosos periodistas que se encuentran en el acceso principal a la sede del TSJCV emplazándoles a un posterior encuentro, aunque a una redactora que le ha preguntado desde la lejanía si estaba tranquilo le ha respondido antes de volverse hacia ella: «Sí».

Cotino, que ya acompañó a Camps en su primera declaración judicial por la conocida como «causa de los trajes» del caso Gürtel -el 20 de mayo de 2010- en esa ocasión como su vicepresidente tercero, ha abandonado el lugar con su coche tras dejar al expresident y a su abogado.

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Camps, que ha escuchado gritos de «president a Picassent» por una veintena de miembros del Colectivo contra la Corrupción que se encuentran también a las puertas del Palacio de Justicia, entró a continuación en la sede judicial.

Por su parte, el exsecretario del PPCV y actual diputado en las Cortes Valencianas, Ricardo Costa, ha llegado al Palacio de Justicia, sobre las 9.30 horas, media hora antes de la constitución del juzgado que le va a juzgar, junto al expresidente de la Generalitat, Francisco Camps, por un delito de cohecho pasivo impropio en la causa de los trajes derivada del caso 'gürtel'.

Costa, que ha llegado diez minutos después de Camps, se ha acercado al Palacio de Justicia andando junto a un abogado del despacho de Hermosilla que le representa.

Camps ha llegado en coche, acompañado de su abogado Javier Boix y al bajar ha saludado a varios diputados y miembros del PPCV que le esperaban en la puerta junto a su mujer, Isabel Bas, que ha llegado unos minutos antes. El expresidente también ha saludado a la Policía y algunos medios gráficos antes de entrar.