El expresidente González, el candidato socialista a las elecciones generales Rubalcaba y el presidente Zapatero, durante la jornada inaugural de la conferencia política del PSOE. | SUSANA VERA

TW
3

El jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, defendió ayer las medidas que ha adoptado ante la crisis y ha agradecido el apoyo incondicional que han tenido por parte del PSOE, un partido al que está convencido que se le agradecerá en el futuro haber evitado una situación muy grave para España. Contestó a quienes acusan a Rubalcaba de haber hecho recortes en el Gobierno, asegurando que lo único que ha recortado han sido las muertes en carretera, la inseguridad ciudadana y «a ETA hasta que esté agónica como está en este momento».

Zapatero protagonizó el acto de inauguración de la conferencia política que el PSOE va a celebrar hasta mañana y en el que, junto a Felipe González, arropó al candidato socialista a la Presidencia del Gobierno, Alfredo Pérez Rubalcaba.

Tanto Zapatero como González y todos los líderes regionales del PSOE que hicieron declaraciones a su llegada a la conferencia coincidieron en que el partido no está derrotado de antemano ante el 20-N y va a dar la batalla. El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE instó para ello a la movilización del partido y pidió a sus compañeros ser audaces y demostrar en todos sus actos su sentido de la responsabilidad.

La sorpresa

Esa responsabilidad es la que dijo que está detrás de decisiones ante la crisis que los socialistas han adoptado convencidos de que así cumplían su deber con España. «Más allá de los errores cometidos, era nuestro deber y hemos procurado cumplirlo», insistió antes de lanzar un mensaje de orgullo a sus compañeros: «Gracias a todos vosotros y gracias al PSOE porque el futuro dirá que, gracias a esas decisiones, evitamos una situación muy grave para España».

La sorpresa de la sesión inaugural de la Conferencia Política del partido llegó con la inesperada intervención de Felipe González, ex presidente del Gobierno, que se puso «a las órdenes» de Alfredo Pérez Rubalcaba hasta el día de los comicios y también después.