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Los principales candidatos a la Moncloa tienen sus cuentas muy saneadas y sin deudas. Así se desprende de las declaraciones de bienes rentas que ambos han presentado en el Congreso en cumplimiento de la nueva normativa parlamentaria, por la que ayer se conoció el patrimonio de todos los diputados y senadores, al margen de los salarios que perciben de las Cámaras.


Una lista en la que destacan los más de millones que posee el presidente de la Cámara Baja, José Bono, debidos en su mayoría (1,6 millones) a su participación en la hípica toledana Almenara.


Rubalcaba declara tener sólo una vivienda, su piso de Madrid comprado en 1978 a medias con su esposa, y dos coches con más de diez años de antigüedad. Cerca de la mitad de los 984.281 euros de los que informa Rubalcaba proceden de herencias de sus padres, que en su mayor parte aún no ha cobrado; más de 100.000 euros están en planes de pensiones, y más de 160.000, en dos cuentas bancarias, una de ellas a medias con su esposa.


IRPF


El año pasado pagó en IRPF 23.825 euros, y su sueldo, todavía de ministro, fue de 55.374 euros, muy inferior a los 98.225 euros que cobró Rajoy del PP en concepto de dietas y gastos de representación. El líder del PP, que abonó por el IRPF 87.651 euros, tiene casi 600.000 euros en cuentas bancarias, fondos de inversión, acciones y seguros de ahorro. Además de su vivienda habitual de Madrid, tiene un apartamento también en la capital y, en Pontevedra, un piso con plaza de garaje y una oficina. Posee también el 25% de un apartamento en Canarias.
Las cuentas del presidente Zapatero no son tan boyantes: acumula un capital de 158.389 euros y sólo tiene un inmueble: la casa unifamiliar que se está construyendo en León, para la que no tiene hipoteca. Entre los portavoces parlamentarios, destacan las elevadas hipotecas de Duran i Lleida por tres viviendas, mientras que sólo tiene 9.000 euros en sus cuentas bancarias.


Saénz de Santamaría tiene dos hipotecas y su capital se eleva a 91.952 euros. José Antonio Alonso dice tener 39.050 euros en el banco y un piso hipotecado.