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La ilusión, la fe y el cariño de los cientos de miles de jóvenes que esperaban en el aeródromo de Cuatro Vientos la vigilia nocturna con el Papa, fueron más fuertes que el agobiante calor a lo largo del día y la tormenta de lluvia y viento que descargó minutos después de que el Papa iniciara su discurso.

Benedicto XVI, a quien el fuerte vendaval incluso le arrebató el solideo y tuvo que resguardarse entre varios paraguas blancos, no perdió en ningún momento la sonrisa y, aplacados los elementos, dio las gracias a los jóvenes por su «alegría y resistencia», que desafiaron la lluvia y el viento gritando «esta es la juventud del papa» y cantando. Todos los asistentes coincidía en que el acto más populista del Papa fue el de ayer y superó el millón de peregrinos reunidos.
Bendiciones

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«Nuestra fuerza es mayor que la lluvia. Gracias. El Señor con la lluvia nos manda muchas bendiciones», les ha dicho el papa. La interrupción de la vigilia de oración por espacio de más de media hora, obligó a suspender la lectura del discurso, aunque el Pontífice sí pronunció los saludos previstos en castellano, francés, inglés, alemán, italiano, portugués y polaco.

En el texto, que el Vaticano autorizó a difundir, el Papa denunció el relativismo que desprecia la búsqueda de la verdad y en el mismo exhortó a los muchachos a no tener miedo ni al mundo, ni al futuro ni a sus debilidades.