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El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, subrayó ayer que los problemas económicos que ha vivido en los últimos meses el sur de Europa, y España en particular, se enmarcan en un mercado global del que su país también forma parte.

«Vivimos en una economía global en la que todo está interconectado, y eso significa que cuando tenemos problemas en Europa, y en España, en Italia y en Grecia; esos problemas acaban llegando a nuestras costas», dijo Obama en un acto del Comité Nacional Demócrata (DNC) en Washington.

El mandatario mencionó a España horas después de hablar por teléfono con el presidente del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, con quien acordó coordinarse para promover la estabilidad y evitar la ralentización de la economía.

Contagio

Las palabras de Obama venían marcadas por la reciente rebaja de la deuda de EEUU por parte de la agencia Standard & Poor's, y al temor a una nueva recesión, que se contagió a las bolsas europeas.

Obama reconoció que la recuperación económica tras la crisis que se originó en 2008 «no se ha producido lo suficientemente rápido».

«Y algunas de las corrientes contra las que hemos estado luchando son precisamente las que nos va a llevar un tiempo arreglar», añadió.

En su conversación con Zapatero, Obama «dio la bienvenida a las medidas de España e Italia para atajar sus desafíos económicos inmediatos y mejorar su competitividad», según informó la Casa Blanca.