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Los niños españoles se consideran mayoritariamente felices, según un estudio de la Universidad Complutense de Madrid. Todas las actividades de su vida se convierten en un juego en el que lo más importante y lo natural es divertirse y ser feliz y tienden a considerar que siempre será así pero: ¿qué piensan los niños de sus padres? ¿Opinan que son felices, como ellos, desempeñando sus profesiones? La respuesta es que un 89,2% está convencido de que sus padres son felices en el trabajo.


Así se desprende de la VII edición de la Encuesta 'Qué quieres ser de mayor', elaborada por la Fundación Adecco a 1.200 niños de toda España, 150 de ellos de las Illes Balears, con edades comprendidas entre los 4 a los 16 años.


Tesoro


Quien tiene trabajo tiene un tesoro. Este es uno de los comentarios más escuchados desde que comenzara la crisis, y los niños baleares no han sido ajenos a él. Nueve de cada diez de los encuestados piensa que sus progenitores son felices desempeñando su profesión.


Algunos niños de IBalears relacionan la felicidad de sus padres con el tiempo que dedican al trabajo. Así un niño de 7 años asegura que para ser feliz en el trabajo «no habría que trabajar más de 10 horas», y un niño de 11 asegura que sería necesario «descansar 3 días a la semana».


Y, ¿qué quieren ser los niños baleares cuando sean mayores? Las diferencias entre ambos sexos son claras y las respuestas siguen siendo similares a las anteriores ediciones de esta encuesta.


En el caso de los niños, el 33,3% quiere desempeñar trabajos afines con el deporte, seguidos de los relacionados con las ciencias (20,8%) y la seguridad (14,5%). En concreto, un 18% de los niños quiere ser futbolista. Le sigue la de profesor (9,8%), policía (8,2%), militar (6,5%) y, tal vez por la influencia de Rafa Nadal, el 4,9% quiere ser tenista. En cambio, el 25% de las niñas baleares apuestan por los trabajos relacionados con la enseñanza.
Los niños españoles no aspiran a seguir los pasos laborales de sus progenitores, tendencia mayoritaria que se repite en el caso de Balears, donde la proporción de los que sueñan con continuar la profesión de sus padres suponen el 6,6%.


Los tiempos, señala la encuenta, han cambiado «y los niños se sienten libres de tomar sus propias decisiones y capaces de dedicarse a lo que deseen en el futuro. Las sagas profesionales, impuestas por anteriores generaciones, parece que han quedado atrás».