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España sigue pagando las consecuencias de la crisis de deuda soberana en Europa y ayer tuvo que ofrecer a los inversores el interés más alto desde 1997 para colocar con éxito dos emisiones de deuda a 10 y 15 años.
A la espera de los avances de la cumbre europea sobre las condiciones del segundo rescate de Grecia, la incertidumbre que aún existía entre los inversores provocó que la demanda de deuda española, en su conjunto, cayera.
Peticiones
No obstante, los analistas consultados destacaron que las peticiones, superiores a 5.123 millones, fueron «suficientemente altas» para lograr que el volumen de deuda emitido se aproximara al objetivo máximo del Tesoro Público, que ascendía a 2.750 millones.
En concreto, el organismo dependiente del Ministerio de Economía adjudicó en total 2.621,51 millones de euros, pero a costa de elevar el interés de los bonos a 10 años un 10,2% y casi un 3% el de la deuda a 15 años, respecto a las últimas subastas de obligaciones al mismo plazo.
En bonos a 10 años, España colocó 1.807,21 millones de euros, frente a una demanda de 3.429,27 millones, con un interés marginal del 5,921%, superior al 5,409% que pagó en mayo.
En las obligaciones a 15 años, el Tesoro Público adjudicó 814,30 millones de euros, de los 1.694,30 millones solicitados, a un tipo marginal del 6,218 por ciento, frente al 6,043 por ciento de junio.
El martes pasado, España adjudicó casi 4.500 millones en letras a 12 y 18 meses, aunque también pagó más que en la anterior subasta.