Mariano Rajoy junto a Javier Arenas, Ana Mato, y Rafael Louzán en Vigo.

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El Gobierno ratificó ayer su «firme voluntad» de agotar la legislatura para concluir las reformas, sacar adelante los presupuestos de 2012 y seguir reduciendo el déficit, compromisos que considera ineludibles ante los constantes ataques a la deuda por parte de los mercados.

Ha sido el ministro de la Presidencia, Ramón Jaúregui, quien ha salido a la palestra para intentar zanjar el debate sobre un hipotético adelanto electoral y, en un comunicado colgado en la página web de La Moncloa, ha ejercido de portavoz del Ejecutivo.

«En este momento no habría nada más inestable y perjudicial para la solvencia y la credibilidad de España que una convocatoria anticipada de elecciones», ha recalcado.

«Mal debate»

La coordinadora de la campaña socialista, Elena Valenciano, ha respondido rápido alertando de que ése era «un mal debate» en una semana «complicada» para los países de la Eurozona, que celebran el jueves una cumbre en Bruselas para definir el nuevo rescate a Grecia y calmar las dudas sobre los Estados periféricos de la UE.

Ante los presidentes de las Diputaciones provinciales de su partido, Rajoy ha insistido en sus críticas a un Gobierno que ve «provisional y en funciones» y que «no esta en condiciones de generar confianza, que es lo que necesita España».

La urgencia del PP no la comparte IU, cuyo coordinador general, Cayo Lara, ha asegurado que le es «indiferente» que haya o no elecciones anticipadas y sólo ha pedido «margen suficiente» antes de los comicios para poder diseñar una ley electoral más proporcional.

Tampoco ha querido pronunciarse el presidente de la CEOE, Juan Rosell, porque para los empresarios, ha dicho, lo fundamental son las reformas «urgentes e imprescindibles».