Emilio Botín, presidente del grupo bancario más importante de la eurozona, ayer en la Junta de Accionistas. | STRINGER/SPAIN

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El presidente del Banco Santander, Emilio Botín, evitó ayer referirse a la investigación a la que serán sometidos él y once miembros de su familia por presunto fraude fiscal y falsedad documental. Sobre la investigación fiscal contra los Botín, uno de los accionistas le preguntó con sorna por «el auto conocido ayer, que no es precisamente un Ferrari», en alusión al patrocinio de la entidad a la Fórmula Uno , tras lo que fue interrumpido con contundencia por Botín, que suele esperar a que terminen de hablar todos para contestarles al final.

Tensión

«Es usted muy maleducado y no tiene ni idea de derecho de sociedades», le dijo el accionista, Antonio Panea, que suele intervenir en todas las Juntas, ante la insistencia de Botín en que se limitara a hacer propuestas concretas.

«Si no le gusta lo que digo no me deje entrar», dijo Panea, que le recordó a Botín que «los indignados están fuera», antes de que el presidente del banco le retirara el uso de la palabra, levantando una fuerte salva de aplausos entre los asistentes.

La Audiencia Nacional admitióel jueves a trámite una denuncia de la Fiscalía Anticorrupción por un presunto delito fiscal y otro de falsedad documental contra el presidente del Santander, Emilio Botín, y otros once familiares (sus cinco hijos y su hermano Jaime, y sus descendientes).

En su contestación a los accionistas que intervinieron en el turno de preguntas en la Junta, más agitado que otros años, Botín dijo: «No comento temas judiciales».