El vicepresidente de la Comisión Europea, Joaquín Almunia, durante la presentación del número 200 del Boletín de Inflación y Análisis Macroeconómico del Instituto Flores de Lemus de la Universidad Carlos III de Madrid. EFE/JuanJo Martin. MD18. MADRID, 13/06/2011.- | Juanjo Martín

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El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia, Joaquín Almunia, afirmó hoy que si España no cumple su objetivo de déficit para este año o no presenta unos presupuestos para 2012 que permitan tener confianza en ese cumplimiento lo pasará «muy mal», porque no tendrá posibilidad de financiarse. Por ello ha instado a las Comunidades Autónomas a que se «planteen con responsabilidad como contribuir a cumplir con el objetivo de déficit», tras el toque de atención dado por la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y también por Bruselas. Almunia ha defendido las recomendaciones de la UE y ha explicado que Bruselas «no impone, trata de ayudar» pero que cada país no puede salir solo de la crisis y es necesaria «una estrategia conjunta».

El vicepresidente de la Comisión Europea y comisario de Competencia, Joaquín Almunia, ha advertido hoy a España de que si no cumple el objetivo de déficit de este año, «lo va a pasar muy mal» porque no va a tener posibilidades de financiar su crecimiento. En declaraciones a TVE, Almunia indicó que el Gobierno español debe también presentar unos Presupuestos para 2012 que permitan generar confianza en el cumplimiento de los objetivos de déficit.

Así, Almunia señaló que el Gobierno central «está cumpliendo, incluso más que cumpliendo» con su objetivo de reducción del déficit, pero no está tan claro en el caso de las comunidades autónomas. «La gran interrogante son las comunidades autónomas, prácticamente todas están iniciando su ciclo y tienen que plantearse muy seriamente el cumplimiento de los objetivos de déficit», subrayó.

Para Almunia, cuando las economías no son capaces de crecer ni de generar riqueza «no se puede engañar a los ciudadanos diciendo que se debe gastar más», por ello defendió la recomendación de la Comisión Europea de la semana pasada, que aconsejó a España bajar las cotizaciones sociales y subir otros impuestos como el IVA. Según el comisario, la recomendación de Bruselas fue un «análisis extremadamente educado y prudente». «Bruselas no impone, trata de ayudar», reiteró.

Con respecto a España, el análisis de la Comisión es «equilibrado y prudente», según Almunia, y llama a explorar vías para aumentar la competitividad del sector exterior que en el caso español no llega al 20% del PIB, mientras que para Alemania supone el 40%.

Medidas coordinadas

El comisario de la Competencia ha recordado que China, Estados Unidos y otros países están creciendo «el doble o el triple de lo que crece Europa», con lo que o se apoyan «medidas coordinadas de forma coherente o vamos a acabar perdiendo todos los europeos», apunta.

Almunia desea que haya un acuerdo sobre el segundo paquete de ayuda a Grecia y que Atenas «siga haciendo ajustes y ahondando en la consolidación fiscal» aunque ha dejado claro que «en 2012 no estará lista para volver a pedir financiación a los mercados». Con todo, destaca que fuera del euro la situación de Grecia hubiese sido «peor» y la crisis hubiera alcanzado «proporciones descomunales».

Precisamente, los ministros de Economía de la Unión Europea se reúnen mañana de forma extraordinaria para examinar la petición de la Eurocámara de endurecer el nuevo sistema de sanciones a los países con déficit y desequilibrios excesivos y hacerlo más automático. Los Gobiernos y el Parlamento se han comprometido a alcanzar un acuerdo definitivo antes del verano.

El segundo rescate para Grecia no está oficialmente en la agenda del encuentro, pese a que se acerca el plazo del 20 de junio marcado para lograr un compromiso y persiste el desacuerdo entre Alemania y el Banco Central Europeo (BCE) sobre la participación de los bancos privados en la nueva asistencia.

Los 27 ya alcanzaron un acuerdo provisional el pasado 15 de marzo sobre multas de hasta el 0,2% del PIB, que en el caso de España ascenderían a 2.000 millones de euros, para los países con déficit y desequilibrios excesivos. Sin embargo, el BCE ha denunciado que el nuevo modelo es insuficiente para prevenir futuras crisis de deuda y ha reclamado a la Eurocámara que lo endurezca. Las sanciones no son casi automáticas como defendía la Comisión, se da más tiempo a los países incumplidores para enderezarse y más peso a las decisiones políticas del Ecofin, que en el pasado ha aprobado incumplir el Pacto de Estabilidad.