Agentes de la Guardia Civil y la Policía Judicial en los alrededores de Zegama, durante la operación contra ETA. | Javier Etxezarreta

TW
2

La operación contra el 'comando Erreka' de ETA continuó ayer con la detención de una persona presuntamente vinculada a este grupo y la localización de cerca de 1.000 kilos de material para fabricar explosivos en un caserío y en tres zulos hallados por la Guardia Civil en Guipúzcoa y Navarra. La operación comenzó el pasado martes con los arrestos de los hermanos Aitor e Igor Esnaola, presuntos miembros «legales» de ETA que se dedicaban a tareas logísticas como la distribución de explosivos a los comandos de la organización terrorista. En total se han decomisado cerca de 2.000 kilos de explosivos.

Ayer fue detenida una tercera persona por su presunta vinculación con este comando. Se trata de Lander Etxeberria San Sebastián, arrestado en Bera de Bidasoa (Navarra), y al que la Guardia Civil atribuye haber actuado de enlace entre los hermanos Esnaola y la dirección de ETA.

Escondites

Además de esta detención, la Guardia Civil dedicó toda la jornada a localizar los escondites en los que los hermanos Esnaola ocultaban más material explosivo, aparte de los 850 kilos de nitrato localizados el martes en el caserío Olalde de Legorreta. En compañía de Asier Esnaola, un amplio dispositivo del instituto armado ha inspeccionado de nuevo el caserío.

En esta propiedad encontraron un escondite de 30 metros cuadrados en la que había «cantidades importantes» de polvo de aluminio, pentrita y cordón detonante. También registraron en Legorreta un segundo caserío abandonado, propiedad de la familia, en el que se encontró un arma. Todo el material hallado ayer en el polvorín más importante de ETA no ha sido cuantificado aún con exactitud.