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Nueva Rumasa usó el dinero que captó de los inversores para emprender una huida hacia adelante mientras la crisis golpeaba sus negocios y los bancos le cerraban el grifo del crédito debido a sus impagados y a la situación de riesgo que tenían con las sociedades controladas por José María Ruiz-Mateos. En su folleto de venta de la primera emisión de pagarés, la empresa Carnes y Conservas Españolas (Carcesa) señalaba que destinaría el dinero a compras de empresas. Sin embargo, solo una pequeña parte del capital captado se destinó a ese fin, según informó ayer la cadena Ser .

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Dentro del entramado, llama la atención el caso de Carcesa, donde se observa que la mayoría del dinero logrado fue a parar a préstamos a otras empresas del grupo Nueva Rumasa. Ahí se pierde la pista del dinero de la primera emisión.

Por su parte, la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Economía, Elena Salgado, lamentó ayer lo sucedido y recordó que el Ejecutivo y la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) hicieron «todo lo que estaba en su mano» para advertir sobre los pagarés de Nueva Rumasa.

El regulador financiero español señaló hasta en siete ocasiones durante los últimos dos años que los pagarés del grupo de la familia Ruiz-Mateos no estaban sujetos a su control, debido a que su importe era superior a 50.000 euros y no cotizaban en ningún mercado secundario.