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La izquierda abertzale «rechaza y se opone al uso de la violencia», lo que «incluye la violencia de ETA, si la hubiera, en cualquiera de sus manifestaciones», dijo ayer su dirigente Rufi Etxeberria.
En la presentación del nuevo partido de la izquierda abertzale en Bilbao, Etxeberria fue el primero en hablar, asegurando que su apuesta por las vías democráticas «no tiene marcha atrás»; tras su intervención, Iñigo Iruin degranó el contenido jurídico de los estatutos.
Etxeberria señaló que «de forma explícita el nuevo proyecto político y organizativo de la izquierda abertzale ni justifica ni ampara el uso de la violencia, cualquiera que sea el origen o naturaleza de la misma».
«En consecuencia, -añadió- rechaza el uso de cualquier tipo de violencia, coacción o connivencia política u organizativa con organizaciones que la utilicen para obtener fines u objetivos políticos».
El dirigente de la izquierda abertzale señaló que «rechazo explícito de la violencia y no connivencia de ninguna naturaleza con la misma son consecuencias directas de nuestra apuesta por vías exclusivamente políticas y democráticas».
Autonomía y soberanía
Etxeberria también recalcó que la nueva marca de la izquierda abertzale tiene «total autonomía y soberanía» y que, por ello, rechaza «cualquier tipo de subordinación o dependencia».
Subrayó que el nuevo partido, cuyo nombre será dado a conocer hoy, así como su logotipo, será «claro en sus principios y compromisos» para cumplir la Ley de Partidos, que sus estatutos no son «un regate en corto a la normativa legal» y que en ellos «no hay escapismos literarios sino un paso determinante, coherente y de no retorno».
Etxeberria repitió en varias ocasiones que el nuevo proyecto de la izquierda abertzale supone «un punto de inflexión y superación de modelos anteriores» y que su compromiso con las vías políticas y democráticas es «firme e inequívoco, no estando sujetos a variables tácticas o factores coyunturales». «No hay marcha atrás posible», recalcó, y demandó la legalización de la nueva formación porque va a «cumplir» con la Ley de Partidos, cuyo uso político denunció. Además, criticó a quienes quieren «mantener a ultranza» la ilegalización de la izquierda abertzale «con independencia de evaluaciones jurídicas y democráticas» con el propósito de «favorecer opciones e intereses políticos concretos».