Entrada del hotel Meliá Cohiba en Cuba. | Juan Luis Ruiz Collado

TW
11

La Embajada de Estados Unidos en Madrid remite periódicamente al Departamento de Estado informes sobre las inversiones de las empresas españolas en Cuba. En su lista negra de empresas que serían susceptibles de ser sancionadas figuran firmas turísticas mallorquinas como Sol Meliá, Iberostar, Barceló, Grupo Riu, Hotetur o Grupo Piñero, pero también otras compañías hoteleras como NH Hoteles y de otros sectores como Aguas de Barcelona, Altadis, Freixenet, Repsol o Iberia hasta un total de 25 compañías. Estados Unidos ha evitado por ahora imponer sanciones, aunque llegó a planteárselo tras la vuelta de los socialistas al Gobierno y el cambio de la política española hacia la isla. Solo la pertenencia de España a la UE evitó que prosperase la idea de tomar represalias, según los papeles del departamento de Estado de EEUU revelados por WikiLeaks y que ayer recogía El País.com .

Vigilancia

Los diplomáticos estadounidenses han vigilado con mucha atención la política española hacia Cuba desde que Zapatero llegó al Gobierno. Los papeles de la Embajada se deshacen en elogios con el Gobierno de Aznar que, con su línea dura de «crítica estridente», «hizo mucho para impulsar la democracia, los derechos humanos y las libertades fundamentales en Cuba», según la versión estadounidense.

Llegado Zapatero al poder, la Embajada se planteó en julio de 2004 si era conveniente mantener la moratoria a la imposición de sanciones a las empresas españolas con inversiones en la isla. En esa fecha, la idea era que aunque Zapatero no sería en sus planteamientos tan cercano a EEUU como Aznar, no había hecho aún nada para suavizar la línea dura. El análisis de la Embajada concluía que imponer sanciones daría al Gobierno de España la excusa para la normalización del diálogo con Cuba.