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Pese a haber anulado a última hora su asistencia a la Cumbre Iberoamericana que se celebró en Argentina, el presidente Rodríguez Zapatero, no ha realizado ninguna comparecencia pública en las últimas 48 horas, tal como se esperaba al ser el primer jefe del Ejecutivo español que no acude a una cumbre de este tipo y ante la relevancia tanto de las medidas económicas adoptadas el viernes como de la huelga de controladores iniciada el viernes.

En este sentido, la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, ha admitido en la Cadena Ser que el Gobierno tenía «indicios que esto podía suceder desde el día anterior y el ministro de Fomento, José Blanco, ya nos comunicó los problemas que había en Galicia» con los controladores.

Estos indicios añaden otro posible motivo a la anulación del viaje de Zapatero a Argentina. Este sábado, presidió el Consejo de Ministros extraordinario que declaró el estado de alarma.


Medidas económicas

La anulación del viaje de Zapatero se interpretó, en un primer momento, como una decisión para aprobar, e incluso presentar personalmente, el nuevo paquete de medidas económicas que el Consejo de Ministros sacó adelante este viernes, aunque no fue así. Desde Mar del Plata, la ministra de Exteriores, Trinidad Jiménez, desvelaba que lo que había retenido Zapatero en España era una posible reunión con el resto de los líderes de la Unión Europea para abordar la crisis de deuda que sufre la zona del euro y la situación de los mercados financieros.

Ahora, la huelga salvaje de los controladores aéreos supone un nuevo desafío a la credibilidad del Gobierno, por lo que, si existían indicios de que podría suceder algo así, Zapatero podría haber preferido permanecer en España y, por ejemplo, autorizar sin demora que los militares asuman el control del tráfico aéreo, una decisión que la nueva normativa aprobada ayer mismo reserva al presidente del Gobierno.