Montilla y el ex ministro de Trabajo Corbacho, ayer en un mitin en Hospitalet de Llobregat . | ANDREU DALMAU

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El presidente catalán y líder del PSC, José Montilla, anunció ayer que ésta será la segunda y última vez que se presentará como candidato a la presidencia de la Generalitat, una apuesta con la que pretende dejar en evidencia a su rival, Artur Mas (CiU), que baraja jubilarse en 2022 como president.

El órdago de Montilla ha sido recibido con recelo por parte del candidato de CiU, Artur Mas, que cree que detrás de este anuncio hay una «estrategia» para ganar votos e intentar reeditar el tripartito.

Reacciones

El resto de partidos, entre las que hay un cierto consenso en la limitación de mandatos, han dicho respetar la decisión de Montilla, aunque la líder del PP, Alícia Sánchez-Camacho, ha criticado que evidencia «debilidad» y el «fracaso» de su gestión, mientras que Joan Herrera (ICV) cree que Montilla «ha tirado la toalla».

Sea debilidad política o voluntad de acotar mandatos, lo cierto es que la decisión de Montilla activa definitivamente su relevo al frente del liderazgo político de los socialistas catalanes.

Si pierde las catalanas del 28-N, será con toda probabilidad más inmediato puesto que el PSC necesitará que el jefe de la oposición catalana se visualice como alternativa de gobierno, y si gana las elecciones o gobierna en coalición, el PSC deberá buscar un relevo a Montilla antes de las siguientes catalanas, previstas para 2014.

Montilla, en una conferencia en el foro Primera Plana que organiza «El Periódico», aseguró en todo caso que él aspira a gobernar una segunda legislatura «para hacer lo que queda pendiente y conviene a Cataluña».

Subrayó que mientras el candidato de CiU, Artur Mas, «se postula» para gobernar 12 años él no piensa «jubilarse en el cargo».

En un acto sobre sanidad, Montilla reveló posteriormente que sintió «tristeza y preocupación» cuando Mas se autoimpuso un mandato máximo de 12 años, es decir, tres legislaturas.