Moroccan police block activists protesting in the town of Beni Enzar on the border with the Spanish north African enclave of Mel

Moroccan police block activists protesting in the town of Beni Enzar on the border with the Spanish north African enclave of Melilla September 17, 2010. The protesters are demonstrating against Spanish sovereignty over Melilla on the 513th anniversary of the storming of Melilla by Spain. REUTERS/Youssef Boudlal (MOROCCO - Tags: POLITICS ANNIVERSARY CIVIL UNREST) MOROCCO/ | YOUSSEF BOUDLAL

EfeMelilla18/09/10 0:00
TW
0

Melilla celebró ayer el 513 aniversario de su españolidad, un cumpleaños que marcado por la polémica que se está viviendo con Marruecos, que reclama la soberanía de esta ciudad española, además de la de Ceuta.

La efeméride, que conmemora la llegada de Pedro de Estopiñán, emisario de Juan Alonso de Guzmán, III duque de Medina Sidonia, durante el reinado de los Reyes Católicos, se celebró tras la visita el jueves del líder del PP, Mariano Rajoy, calificada como «provocadora» por el primer ministro marroquí, Abás El Fasi.

Rajoy

La postura del secretario general del Istiqlal fue corroborada horas más tarde por el portavoz del Gobierno marroquí, Jaled Naciri, que señaló que lo expresado por El Fasi manifiesta el sentimiento de los ciudadanos de ese país.

Pese a todo, los actos institucionales previstos para la jornada se iniciaron al mediodía con la entrega de las Medallas de Oro, la máxima distinción que concede la ciudad autónoma, al Grupo de Regulares y al Regimiento de Artillería.

Las Medallas de Oro de Melilla se han entregado en ediciones anteriores a personalidades e instituciones, como la Fundación Barenboim-Said, que busca a través de la música la unión de los pueblos palestino e israelí.

La agenda de actividades continuó por la tarde, en Melilla la Vieja, donde el presidente de la Ciudad, Juan José Imbroda, leyó el tradicional discurso y colocó una corona de laurel ante el monumento dedicado al conquistador de la ciudad, un gesto también motivo de polémica, ya que es el argumento que esgrime el CPM, principal partido de la oposición y de mayoría musulmana, que considera que lo que se rememora es «un acto de sangre».