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Juan Pablo Flores, uno de los 18 supervivientes que viajaba en el JK5022 de Spanair que hace dos años dejó tras de sí 154 muertos, entre ellos su hermana, revive estos días de aniversario la tragedia de 2008 y, desde la Asociación de afectados, ha insistido en la necesidad de conocer la verdad de lo que sucedió.

En declaraciones a RNE, Flores ha asegurado que el proceso es «largo» ya que va por una doble vía. Al igual que sus compañeros en la asociación, denuncia las incógnitas que quedan por resolver: «No sólo un fallo humano se da para producir un accidente aéreo. Se tienen que rebasar diferentes barreras», ha recriminado, convencido de que «falló el sistema antes y después del accidente.

Recordando el trágico día, Flores se ha lamentado de que despegaron cuando no tenían que haber despegado. «Ojalá nos hubieran cambiado de avión», ha repetido en un par de ocasiones. Desde que ocurrió no ha sido capaz de subir a un avión porque hay «situaciones que le hacen recordar los momentos previos», y asegura no tener «la suficiente fuerza o entereza» para montar en uno de ellos.

Por su parte, el vicepresidente de la asociación, Juan Andrés Sánchez, en declaraciones a Cope, ha señalado que «lo más terrible es que todavía se sigue sin saber la verdad y lo que pasó en Barajas en 2008».

Preguntado por las indemnizaciones, Sánchez ha explicado que para la asociación es «secundario», y que «lo más importante es saber la verdad», si bien sus miembros tienen libertad para suscribir acuerdos económicos, aunque la gran mayoría ha optado por conocer los detalles del accidente antes de proceder a este tipo de tratos. «Si hay una sentencia veremos si procede o no hablar de indemnizaciones», ha añadido Sánchez.

Actos

La asociación ha celebrado distintos actos conmemorativos en el Ayuntamiento de Madrid, en el Parque Juan Carlos I, así como una ofrenda floral en el pequeño monumento situado en la T2 de Barajas, cerca de donde sucedió el accidente. En Las Palmas se celebrará una misa por las víctimas en la catedral. Asimismo, se inaugura en la Playa de las Canteras (Las Palmas de Gran Canaria) un monumento en memoria de «aquellos que no volvieron aver el Océano Atlántico», según Sánchez.