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La Bolsa española acabó mayo con una bajada del 10,8%, la mayor desde octubre de 2008 con la quiebra de Lehman, inducida por la crisis de la deuda europea al desconfiar los inversores del sostenimiento de las cuentas públicas de varios países.
La crisis griega y su contagio a otros países de la zona euro mediante los ataques especulativos a su deuda soberana y a sus bancos incidieron negativamente en la bolsa desde el comienzo de mayo.
El acuerdo de ayuda de los países de la zona euro y del Fondo Monetario Internacional (FMI) a Grecia por importe de 110.000 millones de euros no detenía a los especuladores.
Mientras, se dudaba de la capacidad de pago de otros países europeos, como España, Portugal o Irlanda, y el ataque iba a más, lo que impulsó la creación de un fondo de apoyo al euro por importe de 750.000 millones.
Ligado al fondo se aprobaron por toda Europa planes de recorte del déficit público, que en el caso español incluye la congelación de las pensiones y la rebaja salarial media del 5% de los empleados públicos para ahorrar 15.000 millones este año y el próximo.
Estos planes sirvieron para detener en las semanas centrales del mes la sangría de las bolsas, las ventas en el mercado de deuda, la depreciación del euro y la caída de las materias primas.
Deuda española
El rendimiento de la deuda española osciló este mes entre el máximo del 4,44% y el mínimo del 3,93%, mientras que el euro empezó en 1,33 dólares y a finales de mes pugnaba por mantenerse por encima de 1,22 dólares (mínimos de 2006).
Sin embargo, esas medidas no pudieron evitar la elevada volatilidad que se instaló en los mercados, que vino muchas veces de la mano de rumores claramente intencionados: -el BCE dejaría de comprar deuda española e italiana-.
En ocasiones estuvo provocada por supuestos fallos mecánicos, como el que inesperadamente provocó una caída del 9% a Wall Street en unos segundos en una sesión a mediados de mes, o por la adopción de medidas como la prohibición alemana de cursar ventas en descubierto.
En los últimos días de mayo se conoció una nueva rebaja de la calificación crediticia de la deuda española, el apoyo de China a la deuda europea y la mejora de la actividad inmobiliaria estadounidense.