El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, y el de UGT, Cándido Méndez, ayer ante los medios. | Andrea Comas

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Los secretarios generales de CCOO y UGT, Ignacio Fernández Toxo y Cándido Méndez, anunciaron ayer que convocaran una huelga general si el Gobierno aprueba una reforma laboral que sea «lesiva» para los derechos de los trabajadores, a través de medidas como el abaratamiento del despido o la rebaja de cotizaciones. Asimismo, instaron al Gobierno a que se sume a las negociaciones, al tiempo que alertaron de que se propuesta de recortes salariales a los funcionarios «está contaminando» al sector privado y algunos empresarios han paralizado la firma de convenios colectivos para acogerse a esta fórmula.
Tras la reunión de sus máximos órganos sindicales, los líderes de CCOO y UGT presentaron un documento conjunto de alternativas y propuestas sindicales ante el Real Decreto de medidas de ajuste del déficit aprobado este jueves en el Congreso. Según indicaron los líderes sindicales, una reforma laboral «lesiva» sería aquella que contemplara, por ejemplo, la extensión de contrato de fomento del empleo, con una indemnización por despido de 33 días, como aparece en la vigente propuesta del Gobierno, o una rebaja de las cotizaciones.
Contrato de fomento
En este sentido, Toxo afirmó que «en estos momentos sería absolutamente innecesario ampliar los colectivos que podrían ser tratados con el contrato de fomento, entre otras cuestiones porque ya se contempla que se pueda aplicar a aquellos que llevan más de 6 meses en paro». «Tenemos banquillo para que se pueda usar con profusión, pero no se usa porque no hay empleo», añadió. Al respecto, Méndez advirtió al Gobierno de que no hable de «generalizar» si quiere decir «sustituir».
Indemnización por despido
Además, Toxo especificó que los sindicatos se opondrían a propuestas como pretender igualar en 33 días la indemnización del despido disciplinario improcedente y el objetivo improcedente, y, en general, a cualquier deterioro de las condiciones de contratación, y no aceptarían ni «atajos» ni «incursiones» en elementos de protección social «deteriorando de forma estructural los ingresos de la Seguridad Social», en alusión a una rebaja de cotizaciones.
Pese a todo, los sindicatos, aunque reconocieron que un pacto con los empresarios «es hoy más difícil» dada la lejanía de las posturas, reiteraron que su intención es seguir negociando con la patronal para alcanzar un acuerdo que aporte «confianza». Asimismo aseguraron que, una vez visto el resultado de las negociaciones bipartitas, es el momento de que el Gobierno vuelva a entrar en escena.
Ahora bien, Méndez avisó de que «el Gobierno desincentiva la negociación» estableciendo como fecha tope para firmar una reforma laboral el próximo lunes. Según Toxo, los agentes sociales no han hablado con el Gobierno de plazos, por lo que apostó por seguir manteniendo negociaciones durante los «próximos días o semanas».
En este punto, los sindicatos invitaron al Gobierno a que se incorpore «definitivamente» a las negociaciones de la reforma laboral y, sobre todo, a que haga explícitas «sus posiciones». «Ha llegado el momento de que el Gobierno aclare los márgenes de actuaciones posibles en la parte que a él le compete», que son, a su juicio cuestiones relativas a la financiación, por ejemplo, de un plan de choque para jóvenes o para sacar a los parados de larga duración de esa situación.