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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) calcula que el producto interior bruto (PIB) de España caerá el 0,2 por ciento este año, mientras que en 2011 tendrá un crecimiento del 0,9 por ciento.

El retroceso de 2010 es una décima menos que el que la propia OCDE había calculado en noviembre.

Las previsiones que maneja el Gobierno español, a falta de la modificación del cuadro macroeconómico en el que trabaja, indican que la economía se contraerá este ejercicio el 0,3 por ciento, mientras que para 2011 reflejan un crecimiento de 1,3 puntos.

Las cifras de España se quedan por debajo de las del conjunto de la zona euro revisadas al alza por la OCDE que ha dejado el aumento esperado del PIB en el 1,2% para 2010 y en el 1,8% en 2011.

La diferencia es todavía más significativa con la OCDE como conjunto, donde los incrementos previstos son del 2,7% y del 2,8% respectivamente gracias sobre todo a que Estados Unidos y Japón están aprovechando mejor que Europa el tirón de las grandes economías emergentes del continente asiático.

La OCDE insiste en que el plan diseñado por el Ejecutivo español para reducir el déficit al 7% en 2011 «tiene que ser implementado», pero también que los deberes no se acaban ahí, sino que «también es necesaria la reforma de las pensiones para que las finanzas públicas tengan una base sostenible» y que igualmente hace falta una reforma del mercado laboral «con una amplia base» para reducir el desempleo.

Y es que España no sólo es, con diferencia, el país con la mayor tasa de paro de los 30 miembros sino que además va a aumentar del 18% de media en 2009 al 19,1% este año (dos décimas menos de lo que calculaba en noviembre) antes de bajar en 2011 (18,2% de media).

En este contexto, la recuperación que tímidamente se apuntó en el primer trimestre de este año (tras siete consecutivos de baja del PIB) va a continuar en 2010 a un ritmo lento, impulsado por la demanda externa (las exportaciones aumentarán un 13% en 2010 y un 12,4% en 2011) y en menor medida por el consumo privado (+0,5% y +1%) gracias al ahorro privado que ha subido hasta el 19%.

La otra cara de la moneda es el amplio remanente de viviendas sin vender, cuya absorción se está haciendo «sólo lentamente», y que tiene que ver con que los precios reales siguen estando a niveles históricamente altos si se ponen en relación con los alquileres o con los ingresos medios en el país.

En concreto, los precios de la vivienda en España, pese al descenso del 3,4% en 2008 y del 7% en 2009, en el último trimestre del pasado ejercicio seguían siendo un 62% superiores a su media de largo plazo en términos de alquileres, cuando en la zona euro el sobre-precio medio entonces se limitaba al 19%.

A ese respecto, la OCDE reconoce que la reciente legislación para suprimir barreras al desarrollo del mercado de alquiler de viviendas podría acelerar el ajuste en el sector.

Los autores del informe constatan que la subida del petróleo ha empujado al alza la inflación, pero puntualizan que la debilidad de la demanda interior mantiene la inflación subyacente por debajo de los niveles medios en la zona euro.

Su previsión es que el índice de precios al consumo subirá un 1,4% este año y un 0,6% en 2011.