Imagen general de Barcelona, tras el temporal. | Albert Gea

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Cataluña empezaba ayer poco a poco a recuperar la normalidad tras el temporal de nieve que azotó el lunes esta comunidad, aunque todavía seguían sin luz más de 200.000 abonados de las comarcas de Girona, continúan cerradas muchas carreteras y unos 168.000 alumnos de Primaria y Secundaria están sin clases.
La gran nevada que sorprendió, en pleno mes de marzo, a gran parte del territorio catalán remitió ayer de madrugada y el sol hizo posible que, por ejemplo, se pudiese reabrir hacia las 11.30 horas el paso fronterizo con Francia de la autopista AP-7 en La Jonquera, cerrado desde las 18.00 horas del lunes.
La reapertura de esta vía tan importante posibilitó que empezasen a circular los cerca de 9.000 camiones que pasaron la noche en los aparcamientos habilitados en la Jonquera y en otras áreas a lo largo de la AP-7.
Pese a la mejora de la circulación por carretera, los efectos del temporal todavía se notaban, en especial en las comarcas de Girona, donde continuaban sin luz más de 200.000 abonados por una avería en la línea de alta tensión que va de Vic (Barcelona) a Juia (Girona).
El conseller de Interior, Joan saura, informó de que unos 100.000 abonados se encontraban sin teléfono.
Respecto a la red ferroviaria, continuaba suspendido el servicio de Media Distancia de la línea Barcelona-Girona-Portbou por falta de suministro eléctrico en la parte norte de la línea y el fuerte oleaje en la zona del Maresme obligó a interrumpir la circulación en ese tramo.
El secretario general de CiU, Josep Antoni Duran, critico la gestión «caótica» del conseller de Interior, Joan Saura, así como su visita a Palma de Mallorca en plena nevada, aunque esperará a pedir dimisiones una vez recuperada la normalidad. Por su parte, la presidenta del PP en Catalunya, Alicia Sánchez Camacho, reclamó que el presidente de la Generalitat catalana, Jose Montilla, destituya a Saura «por respeto a los catalanes», y anunció que el PP pedirá explicaciones sobre por quéno se aconsejó a los colegios que no abrieran sus puertas y a los ciudadanos que no cogieran el coche si no era indispensable.
El alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, aseguró que el colapso producido en la ciudad se podría haber evitado si se hubiera tomado la «decisión de país» de pedir a los ciudadanos que ayer no acudieran a la capital, y señaló como «origen del colapso» que «miles de personas provenientes del resto de Catalunya» se desplazaron a Barcelona para llevar a cabo sus actividades habituales y por la tarde tenían que dejar la ciudad, pero había problemas en la red viaria.